lunes, 25 de julio de 2016

Yendo a ver la isla Kizhi


En el crucero fluvial de Rusia (crucero fluvial rusia) hay una visita muy curiosa que es ir a ver la Isla de Kizhi.

No siempre se puede visitar, ya que para llegar a ella debes atravesar el lago Onega, segundo más grande de Europa y muchas veces tiene gran marejada y debe anularse la excursión.

El lago ocupa 9610 m2 sin contar la superficie de las islas (unas 1650). Las tormentas son muy frecuentes, alcanzándose olas de dos metros y medio, factor que vivimos durante nuestro viaje. Al atravesar el lago de noche comenzamos a notar un leve movimiento del barco, que pronto se convirtió en bandazos, comenzaron a caerse las cosas de las estanterías y de la mesilla, la gente empezó a salir alarmada al pasillo y no sabíamos que pasaba. Ni os imagináis para poder llegar hasta la puerta del camarote, tenías que aprovechar cuando la ola iba hacia ese lado y dejarte caer…Al cabo de una hora o dos se calmó. Al día siguiente nos explicaron que había una gran tormenta pero que el capitán lo había tenido dominado y que no había peligro de volcar, aunque esa no era la sensación que tuvimos desgraciadamente… Tras la visita que explicó un poco más abajo, teníamos que volver a pasar por el mismo punto que seguía con tormenta, así que nos anticiparon la comida y nos dijeron que por favor fuéramos a nuestros camarotes y nos quedáramos allí para evitar lesiones. Quien no lo hizo se le cayeron mesas encima o sillas y se lesionaron costillas y tuvieron que recibir atención fuera. Con todo esto, se rompieron casi todos los vasos de los bares, las televisiones de los sitios comunes, etc. Las olas llegaban a la tercera cubierta, así que imaginaros la altura, lo único que de día no se pasa tan mal como de noche, ya que al menos puedes orientarte e intentar nadar hacia la tierra más cercana, aunque con lo grande que era el lago no sé si hubiéramos podido intentarlo. Gracias a Dios, todo quedó en una anécdota.

Atravesando el lago Onega llegamos a la isla de Kizhi donde esta una de las iglesias más bellas del país, la iglesia de la Transfiguración. Terminada en el 1714, tiene una altura de una torre de doce pisos y cuenta con 22 cúpulas que van ascendiendo al cielo apoyándose unas en otras y encastrando perfectamente entre sí.


Esta obra fue una obra de ingeniería de muy hábiles artesanos ya que hicieron el edificio sin usar ni un solo clavo. Justo al lado está la Iglesia de la Intersección, que con sus 11 cúpulas hace que el conjunto tenga en total 33, edad de la muerte de Cristo. En el interior de la iglesia tienen una colección de iconos espectacular y los monjes nos deleitaron con un mini concierto, del que vendían luego un CD. 

En esta misma parada nos enseñaron como era una dacha, típica casa de madera rusa, que explico con detalle en el tip visitando dacha rusa

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