jueves, 14 de julio de 2016

Visitando Gante, Bélgica


Gante es una de las ciudades típicas a visitar cuando se está en Bélgica. Nosotros la fuimos a ver en nuestro viaje viaje belgica y holanda. Yo me quedo más con la vecina Brujas, pero eso depende muchísimo de los gustos, ay que entre estas dos ciudades se reparten muchísimo los gustos.

Es la capital de Flandes Oriental, siendo en el siglo XIV la segunda ciudad medieval más grande, después de Paris. Era una ciudad de rebelión contra los impuestos altos y batallas por los derechos civiles. Actualmente es la ciudad flamenca con mayor número de edificios históricos. Conserva un casco histórico antiguo impresionante con castillos medievales, iglesias, y edificios preciosos. En 1980 se inició un programa de restauración donde comenzaron a limpiarse edificios medievales, se purificaron los canales y se sanearon las zonas industriales. El nombre de esta ciudad deriva de la palabra celta “ganda” que significa confluencia ya que Gante se fundó sobre la unión de dos ríos, el Lys y el Escalda, que se hacen uno para dirigirse al mar.

Como nuestro hotel estaba al lado del castillo, empezamos el recorrido por allí. El castillo Het Gravensteen (palabra alemana que significa sede del condado) fue la residencia de los condes de Flandes. En 1180 estaba a las afueras y se hizo un gran foso, aunque fue insuficiente para los asedios del siglo XIV. Hoy en día, la ciudad ha crecido mucho y está en el centro. Fue construido por Carlos I de España, nacido precisamente en Gante, para evitar las revueltas que surgían porque los nobles ganteses se negaban a pagar más impuestos para financiar las guerras del Emperador contra Francia, así que este decidió quitarles todo, derruyendo los muros de la ciudad y dejando a Gante en segundo plano económico. Este episodio es recordado por los ganteses del 15 al 23 de julio con una procesión donde los nobles llevan una soga al cuello (por eso les llaman stropdragers) recorriendo las calles de la ciudad hasta el castillo donde las echan al fuego en señal de rebeldía. Fue la segunda que veía el castillo y como en la vez anterior, no me llamo la atención como para entrar dentro, así que seguimos recorriendo la plaza en donde está.

A la derecha de la plaza hay un pequeño puente llamado el de las decapitaciones ya que por él pasaban los reos desde la plaza del mercado, donde eran encadenados con argollas que aún hoy se pueden ver hasta el castillo. Desde el puente se ven unas vistas muy bonitas de los canales de la ciudad.



En la plaza del mercado se hace el mercado el viernes, vrijdagmarkt, con productos de la región. Destaca el edificio Groot Vleeshuis, que es el antiguo mercado de carne y en la actualidad se ha convertido en un museo restaurante. En esta plaza fuimos a comer un gofre ya que en mi anterior viaje me pareció el mejor que comí en todo Bélgica, pero en esta segunda vez, no me pareció nada excepcional, y me quedo sin duda alguna con el de Brujas.

A continuación fuimos al muelle Graslei, que no había visto en mi anterior visita, y que es el muelle de los herboristas, muelle de los granos, y que era el centro comercial que iba al mar. A lo largo del muelle hay edificios de los siglos XVI y XVII que simbolizan la grandeza mercantil de otras épocas. De la mayoría sólo se conservan las fachadas, pero aun así son impresionantes. Por ejemplo se puede ver la Casa Gremial de los Medidores de Grano, la Casa Gremial de los Marineros libres o al Almacén de Trigo. La confluencia de ríos que da nombre a la ciudad le permitió asimismo crecer ya que desde ambos ríos llegaban las mercancías que se manufacturaban en todo Europa y partían hacia Gran Bretaña, la costa francesa, española y norte de Europa. De fondo se puede ver el puente de San Miguel.




Continuando nuestro paseo vimos la Iglesia de San Nicolás que es el ejemplo más claro del gótico escaldiano y que fue construida entre el siglo XIII y XIV. Está construida en piedra azul con una torre de crucero que actúa de linterna natural.

Después fuimos a la plaza San Bavón, donde se ve la catedral y el Belfort. En esta plaza se reunía la burguesía con su torre del campanario, el arte con su teatro nacional flamenco y el clero con la catedral.

El Belfort tiene una altura de 91 metros aunque esta vez no subí. Aun así, adjunto las fotografías del viaje anterior dónde subí arriba, ay que las vistas son muy bonitas. Por el camino de subida, puedes ver campanas que han estado en el campanario. Se construyó en 1830 y se restauró en los siglos XIX y XX. Hoy incluye un carrillón de 54 campanas cuya melodía acompaña el sonido de los cuartos del reloj. En la cúspide tiene un dragón de oro que vela por los habitantes. Este dragón es el tercer ejemplar realizado según la estatua original de cobre de 1377. Tiene un peso de 400 kilos. En 1999 la torre, símbolo de la libertad de los ganteses, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

                                    
La Catedral de san Bavón está enfrente del Belfort. De la capilla original del 942 no queda nada. Los restos más antiguos son dos naves de la cripta del 1150. En 1540 Carlos V mandó destruir la cercana Abadía de San Bavón para construir en su lugar el Castillo de los españoles, así que los monjes y las reliquias (entre los que se hallaba un hueso del brazo de San Bavón) encontraron cobijo en esta iglesia, convirtiéndose en 1561 en catedral. San Bavón era un hijo de una familia noble de cerca de Lieja y el patrón de Gante y Haarlem. Abandono la vida burguesa para servir de misionero en Francia y Flandes. Más tarde se convirtió en ermitaño y fue enterrado en el 653. Hay numerosas obras de arte en su interior aunque no nos gustó demasiado. Destaca el pulpito de estilo rococó de 1745 hecho con mármol blanco de Carrara y roble de Dinamarca que representa el triunfo de la verdad sobre el tiempo, un cuadro de Rubens, candelabros regalados por Napoleón, una pila bautismal de Portois y, sobre todo, la Adoración del Cordero Místico de Van Eyck que tiene una copia fuer ay que para ver el original debes pagar 4 euros en el 2010. En esta catedral se bautizó al emperador Carlos I de España, V de Alemania.

De aquí fuimos volviendo al hotel cerrando el círculo de recorrer la parte central de la ciudad y así pasamos por el Ayuntamiento donde siempre vemos a familias hacerse fotos. En este caso era una familia con su bebe, en el anterior viaje era una boda gay. El ayuntamiento es un edificio con gran mezcla de estilos ya que se unen el gótico flamígero con el renacentista. 

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