Gante es una de las
ciudades típicas a visitar cuando se está en Bélgica. Nosotros la fuimos a ver
en nuestro viaje viaje belgica y holanda. Yo me quedo más
con la vecina Brujas, pero eso depende muchísimo de los gustos, ay que
entre estas dos ciudades se reparten muchísimo los gustos.
Es la
capital de Flandes Oriental, siendo en el siglo XIV la segunda ciudad medieval
más grande, después de Paris. Era una ciudad de rebelión contra los impuestos
altos y batallas por los derechos civiles. Actualmente es la ciudad flamenca
con mayor número de edificios históricos. Conserva un casco histórico antiguo
impresionante con castillos medievales, iglesias, y edificios preciosos. En
1980 se inició un programa de restauración donde comenzaron a limpiarse
edificios medievales, se purificaron los canales y se sanearon las zonas
industriales. El nombre de esta ciudad deriva de la palabra celta “ganda” que
significa confluencia ya que Gante se fundó sobre la unión de dos ríos, el Lys
y el Escalda, que se hacen uno para dirigirse al mar.
Como
nuestro hotel estaba al lado del castillo, empezamos el recorrido por allí. El castillo Het Gravensteen (palabra
alemana que significa sede del condado) fue la residencia de los condes de
Flandes. En 1180 estaba a las afueras y se hizo un gran foso, aunque fue
insuficiente para los asedios del siglo XIV. Hoy en día, la ciudad ha crecido
mucho y está en el centro. Fue construido por Carlos I de España, nacido
precisamente en Gante, para evitar las revueltas que surgían porque los nobles
ganteses se negaban a pagar más impuestos para financiar las guerras del
Emperador contra Francia, así que este decidió quitarles todo, derruyendo los
muros de la ciudad y dejando a Gante en segundo plano económico. Este episodio
es recordado por los ganteses del 15 al 23 de julio con una procesión donde los
nobles llevan una soga al cuello (por eso les llaman stropdragers) recorriendo
las calles de la ciudad hasta el castillo donde las echan al fuego en señal de
rebeldía. Fue la segunda que veía el castillo y como en la vez anterior, no me
llamo la atención como para entrar dentro, así que seguimos recorriendo la
plaza en donde está.
A la
derecha de la plaza hay un pequeño puente
llamado el de las decapitaciones ya que por él pasaban los reos desde la
plaza del mercado, donde eran encadenados con argollas que aún hoy se pueden
ver hasta el castillo. Desde el puente se ven unas vistas muy bonitas de los
canales de la ciudad.
En la
plaza del mercado se hace el mercado
el viernes, vrijdagmarkt, con productos de la región. Destaca el edificio Groot Vleeshuis, que es el antiguo
mercado de carne y en la actualidad se ha convertido en un museo restaurante.
En esta plaza fuimos a comer un gofre ya que en mi anterior viaje me pareció el
mejor que comí en todo Bélgica, pero en esta segunda vez, no me pareció nada
excepcional, y me quedo sin duda alguna con el de Brujas.
A
continuación fuimos al muelle Graslei,
que no había visto en mi anterior visita, y que es el muelle de los
herboristas, muelle de los granos, y que era el centro comercial que iba al
mar. A lo largo del muelle hay edificios de los siglos XVI y XVII que
simbolizan la grandeza mercantil de otras épocas. De la mayoría sólo se
conservan las fachadas, pero aun así son impresionantes. Por ejemplo se puede
ver la Casa Gremial de los Medidores de Grano, la Casa Gremial de los Marineros
libres o al Almacén de Trigo. La confluencia de ríos que da nombre a la ciudad
le permitió asimismo crecer ya que desde ambos ríos llegaban las mercancías que
se manufacturaban en todo Europa y partían hacia Gran Bretaña, la costa
francesa, española y norte de Europa. De fondo se puede ver el puente de San
Miguel.
Continuando
nuestro paseo vimos la Iglesia de San
Nicolás que es el ejemplo más claro del gótico escaldiano y que fue
construida entre el siglo XIII y XIV. Está construida en piedra azul con una
torre de crucero que actúa de linterna natural.
Después
fuimos a la plaza San Bavón, donde se ve
la catedral y el Belfort. En esta plaza se reunía la burguesía con su torre
del campanario, el arte con su teatro nacional flamenco y el clero con la
catedral.
El Belfort tiene una altura de 91 metros
aunque esta vez no subí. Aun así, adjunto las fotografías del viaje anterior
dónde subí arriba, ay que las vistas son muy bonitas. Por el camino de subida,
puedes ver campanas que han estado en el campanario. Se construyó en 1830 y se
restauró en los siglos XIX y XX. Hoy incluye un carrillón de 54 campanas cuya
melodía acompaña el sonido de los cuartos del reloj. En la cúspide tiene un
dragón de oro que vela por los habitantes. Este dragón es el tercer ejemplar
realizado según la estatua original de cobre de 1377. Tiene un peso de 400 kilos.
En 1999 la torre, símbolo de la libertad de los ganteses, fue declarada
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La Catedral de san Bavón está enfrente del
Belfort. De la capilla original del 942 no queda nada. Los restos más antiguos
son dos naves de la cripta del 1150. En 1540 Carlos V mandó destruir la cercana
Abadía de San Bavón para construir en su lugar el Castillo de los españoles,
así que los monjes y las reliquias (entre los que se hallaba un hueso del brazo
de San Bavón) encontraron cobijo en esta iglesia, convirtiéndose en 1561 en
catedral. San Bavón era un hijo de una familia noble de cerca de Lieja y el
patrón de Gante y Haarlem. Abandono la vida burguesa para servir de misionero
en Francia y Flandes. Más tarde se convirtió en ermitaño y fue enterrado en el
653. Hay numerosas obras de arte en su interior aunque no nos gustó demasiado.
Destaca el pulpito de estilo rococó de 1745 hecho con mármol blanco de Carrara
y roble de Dinamarca que representa el triunfo de la verdad sobre el tiempo, un
cuadro de Rubens, candelabros regalados por Napoleón, una pila bautismal de
Portois y, sobre todo, la Adoración del Cordero Místico de Van Eyck que tiene
una copia fuer ay que para ver el original debes pagar 4 euros en el 2010. En
esta catedral se bautizó al emperador Carlos I de España, V de Alemania.
De
aquí fuimos volviendo al hotel cerrando el círculo de recorrer la parte central
de la ciudad y así pasamos por el Ayuntamiento
donde siempre vemos a familias hacerse fotos. En este caso era una familia con
su bebe, en el anterior viaje era una boda gay. El ayuntamiento es un edificio
con gran mezcla de estilos ya que se unen el gótico flamígero con el
renacentista.
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