La
verdad, no soy el típico turista de visitar museos y demás, más bien todo lo contrario,
ya que me gusta muy poco ver un cuadro tras otro o esculturas, pero bueno,
cuando voy con la familia por ejemplo sí que tengo que ir, porque a algunos les
gusta bastante, y además en los viajes organizados también suelen incluirlos.
Voy a mencionar algunos de los que me parecen más relevantes y que visitaría en
las ciudades que he visitado.
Un gran museo tanto por dentro como por fuera es el Louvre. Mira que he estado veces en Paris pero nunca me había decidido a ir, y también es verdad que
normalmente las colas eran tan grandísimas que desistía al llegar, pero en
nuestro último viaje para ver los mercadillos navideños en Paris , tuvimos
la suerte que no había casi nadie así que entramos. Está emplazado en el viejo castillo del Louvre, luego reconvertido en
palacio real. Su origen se remonta al
siglo XII, y fue embellecido con ampliaciones renacentistas y otras más
tardías. En este edificio acumuló el rey Carlos V sus colecciones artísticas. Fue
la reina Catalina de Médicis la que esbozó el proyecto que hizo del Louvre el
gran palacio que es actualmente, labores que continuó Enrique IV. En sus
mejoras arquitectónicas y decorativas han intervenido múltiples artistas a lo
largo de varios siglos, desde Perrault y los pintores Vouet y Le Brun en el XVII hasta Delacroix y Braque, quienes
pintaron algunos de sus techos. La construcción del Palacio de Versalles hizo
que el Louvre quedara desocupado por la familia real a finales del siglo XVII,
y por ello se instalaron en él, ya en el siglo XVIII, la Academia Francesa. Tras
la Revolución francesa que implicó la abolición de la monarquía, el Palacio del
Louvre fue destinado en 1791 a funciones artísticas y científicas,
concentrándose en él al año siguiente las colecciones de la corona.
El enorme museo, cuyas salas
y pasillos marcan un recorrido de varios km fue sometido a una ambiciosa
modernización en la década de 1980, cuyo elemento más visible fue la pirámide
de cristal. Fue diseñada por el arquitecto Ieoh Ming Pei e inaugurada en 1989
para centralizar el acceso de los visitantes, que descienden por ella a un
recibidor subterráneo por el que se accede a las diversas alas del museo,
incluso puedes entrar en el metro. Y esta será la penúltima reseña a una
película, pero es que hay tantas buenas películas inspiradas en París....sabéis
donde termina el Código da Vinci, verdad?
Dentro se puede ver la Venus
del Milo, la famosísima Mona Lisa, la Coronación del emperador, el típico suelo
de parque que nombran en el código da vinci, la Victoria alada, las bodas de
Cana, la Libertad guiando al pueblo, y los apartamentos de Napoleón.
En Amsterdam está bastante bien el Rijksmuseum, que posee la más famosa
colección de pinturas del siglo de Oro holandés, así como una rica colección de
arte asiático y egipcio. Nosotros no somos de museos, pero nos habían dicho que
era como ir a Madrid y no ver el Prado, así que hicimos la visita y cabe decir
que no estuvo mal, aunque eso sí, estuvimos sólo hora y media. Destacan obras
como el Tríptico del becerro de oro de Lucas Van Leyden, o La lechera de
Vermeer, La Ronda de noche de Rembrandt, el cuadro de la casita de muñecas con
la réplica exacta al lado. Justo a la salida se ubican las famosas letras de “I
amsterdam” que se ha convertido en el slogan de la ciudad y donde los más
intrépidos trepan a hacerse la foto más original que puedan, aunque nosotros no
pudimos hacer ninguna ya que había muchisimmaaaaa gente… Lo vimos al hacer una
ruta por Bélgica y Holanda de 15 días en coche
Otro
clásico son los Museos Vaticanos que son las galerías y demás estancias de valor artístico propiedad de la
Iglesia y accesibles al público en la Ciudad del vaticano. El origen fue a
partir de las obras de arte que tenia de forma privada el cardenal Giuliano
della Rovere, que fue escogido Papa en 1503, Julio II, y que trasladó su
colección a este edificio donde se fueron añadiendo poco a poco esculturas,
nuevos edificios, pasadizos que unían unos con otros, hasta tener la forma
actual. Las grandes familias italianas poco a poco fueron cediendo colecciones,
ya que solían tener entre sus miembros a cardenales que llegaban al
pontificado. Asimismo, se enriqueció la colección con lo que se iba encontrando
en las catacumbas, las obras de las Basílicas y las excavaciones que se hacían
en la ciudad de Roma. En el patio de entrada hay una gran esfera de bronce de
1990 hecho por Pomodoro. En la visita vas pasando por el Museo Egipcio con
objetos de Egipto, Roma y de Villa Adriana de Tivoli. De esta parte destacan
las urnas bellamente decoradas, la dama de los testículos, la única estatua con
ojos de cristal del museo y los suelos y techos descaradísimos. A continuación
pasas por la Galería de los tapices que son principalmente flamencos de la
época del Papa Clemente VII, como el de Los hechos de los apóstoles. El techo
es en 2D, pero parece en relieve. Luego pasas por la Galería de los Mapas con
un techo exquisito y que tiene cuarenta mapas pintados al fresco en los muros
reflejando el mundo en el siglo XVI.
Como
a casi todo el mundo, lo que más nos gustó es lo que venía a continuación. Son
las salas de Rafael, que en mi gusto
es más impresionante que la Capilla Sixtina. Estas salas están enteras pintadas
con frescos espectaculares y súper detallados del siglo XVI. El Papa Julio II
quiso que se rasparan los frescos que había de Perugino y que se decorasen
cuatro estancias: sala Constantino, Sala de Heliodoro, Sala de la signatura y
la Sala del Incendio del Borgo. Por último vas a la capilla Sixtina, donde no dejan hacer fotografías y que debe su
nombre a que la encargó el Papa Sixto IV en el siglo XV. Sus frescos han sido
pintados por Rafael, Botticelli y Miguel Ángel entre otros, siendo este último
quien pintó la bóveda y el Juicio Final. Para ello, tapó pinturas de Perugino y
otros artistas que reflejaban historias de Moisés y de Jesús. El Juicio Final
en su época causó revuelo ya que aparecen muchos desnudos, siendo uno de los
que más protestaron Biaggio de Cesana que hizo tapar las partes impúdicas, de
forma que Miguel Ángel pintó abajo a Minos, desnudo con orejas de burro y con
los rasgos faciales de Biaggio. Hoy en día, la sala es dónde se reúne el
conclave cuando tienen que elegir un nuevo Papa, como se ve en la película de
Ángeles y Demonios.
Como he dicho, no soy de ir, pero
si os gustan hay muchos curiosos por el mundo como el museo del queso en
Alkmaar, o el museo del oro en Lima (Perú).
No hay comentarios:
Publicar un comentario