domingo, 3 de julio de 2016

Recorriendo Bath, Inglaterra

Es nuestro viaje al sur de Inglaterra (diario del sur inglaterra) fuimos a Bath. De primeras me impresiono ya que pensaba que íbamos a ver otro pueblo pequeño pero cuál fue mi sorpresa al empezar a ver atascos, muchísimos parkings que ya ni sabíamos a cuál ir, y comprobar que nos habíamos metido en una gran ciudad.

Tiene varios puntos interesantes que ver, destacando la abadía, la plaza Circus llamada así ya que es circular, las termas y el puente de piedra, aunque lo mejor es deambular por sus calles del centro de la ciudad, donde me hizo gracia ver que estaban como clasificadas por gremios, como antiguamente, habiendo muchas peluquerías juntas, luego restaurantes, en otro lado sólo tiendas de ropa…


El origen de la ciudad es las termas, ya que era un complejo termal de los romanos. En cuanto empezó a ir la gente, se agregó rápidamente un templo y zonas donde alojarse, y así fue creciendo y ganando respeto y prestigio. Se indica que en el lugar de las termas había antes un santuario celta dedicado a la diosa Sulis, Minerva. Dedicadas a esta diosa se encontraron muchas tablas, llamadas de maldición, que servían para echar maldiciones a personas que habían hecho el mal. Junto a esto se descubrieron monedas romanas que eran ofrendas.  Las fotos de las termas por dentro son bonitas, pero no lo veíamos como un lugar para visitar con una niña tan pequeña, así que lo dejamos para otra ocasión. Las aguas son famosas por el alto contenido de minerales que tienen.

Desde 1987 es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Las calles centrales son muy características, con la piedra típica de la ciudad en sus edificios, de color amarillo clarito, y muchísimo turistas visitándola. Como curiosidad en esta ciudad vivió Jane Austen y basó muchas de sus novelas en ella.


Otro punto relevante de la ciudad es el puente Pulteney, que es uno de los únicos cinco puentes habitados del mundo. Recuerda el Ponte Vecchio de Florencia, ya que también tiene tiendas en su interior, pero cuando llegas a él para cruzarlo te sorprende el que en lugar de escaleras, el puente es totalmente recto, así que no te da la sensación de estar en un puente sino en una calle normal de no ser por el lateral. Su origen data del siglo XVIII


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