jueves, 19 de mayo de 2016

Visitando la Catedral de Notre Dame, Paris

Paris, ciudad del amor, ciudad señorial a los pies del Sena, es sin duda alguna, una de las capitales más bonitas de toda Europa. Es un placer recorrerla, visitar el Motrmatre, los campos elíseos, subir a la Torre Eiffel, o, por ejemplo, visitar su enorme y preciosa catedral. Mira más cosas que ver en Viaje Paris
Cada vez que he visitado esta ciudad, he ido a verla ya que merece la pena ver la majestuosidad de este edificio. En mi anterior visita, aunque era invierno, la temperatura era muy buena, habían florecido las flores y la iglesia estaba impresionante. En Navidad, ponen un árbol gigantesco de Navidad justo delante.
Es una de las catedrales francesas más antiguas de estilo gótico que se empezó a construir en el año 1163 y se terminó en el año 1345. Está dedicada a María, Madre de Jesucristo (de ahí el nombre Notre-Dame, Nuestra Señora).


Ha sido escenario de muchos acontecimientos especiales, desde la coronación de Enrique VI de Inglaterra durante la Guerra de los 100 años en el siglo XV o la de Napoleón en el siglo XIX. También fue el telón de las revueltas sociales en 1871, la beatificación de Juana de Arco, el final de las guerras mundiales o incluso el escenario del romance titulado Nuestra señora de Paris de Víctor Hugo donde habla de la historia de Quasimodo, que se enamora de una gitana de nombre Esmeralda. La fachada destaca por sus estatuas, rosetones y decoración. De las estatuas originales medievales sólo quedan fragmentos, ya que durante la Revolución fueron destruidas creyendo que representaban reyes franceses.
Algo que nadie podía imaginar es que la catedral guarda grandes secretos de la alquimia. Fulcanelli dedicó su vida a estudiarlo y así descubrió que a uno y otro lado del pórtico se suceden dos series de doce medallones y doce figuras que representan diversos elementos y fases de la operación alquímica. Asimismo, aparecen caballeros protegiendo el atanor u horno para la cocción, cuervos que son el símbolo de la putrefacción necesaria para separar entre lo puro y lo impuro, un hombre con un atanor abierto y la piedra en la mano derecha, incluso hay un anciano con gorro y capa tocándose la barba...



Tras visitar el interior donde lo más espectacular es el rosetón del siglo XIII, subimos 387 escalones para llegar a la parte superior de la iglesia, que está a 69 metros del suelo. Al llegar arriba, recorrimos la conocida galería de las quimeras, a 46 m del suelo, nombre derivado de las estatuas que adornan la balaustrada diseñadas por Viollet-le-Duc.

Una de las quimeras más famosas es la estirga, con su actitud pensativa, que es idéntica a la que salía en la película de Disney “El jorobado de Notre Damme”, a Laverne, llamándose las otras dos gárgolas "Victor" y "Hugo" en honor al autor Victor Hugo y su enorme apoyo a la catedral. En la torre Sur está la famosa campana "Emmanuel" (s. XVII), con más de 13 toneladas, un badajo de 500 kilos y un yugo de 1500 kilos. En el siglo XVIII, Luis XIV hizo fundir la campana mayor que había sido instalada en 1400, y a la nueva la llamó Emmanuel. Esta campana únicamente suena durante las fiestas religiosas en Francia, tales como la Navidad, la Ascensión, Pascua o el día de Todos los Santos. La torre Norte cuenta con cuatro campanas que se colocaron en 1856 para reemplazar a las que fueron fundidas en 1791 para fabricar cañones.

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