Desde luego, una experiencia
a hacer una vez en la vida es comer en la Casa del famosísimo Conde Drácula.
Esto puede hacerse en Sighisoara que
es una ciudad construida en el siglo XII con el nombre de Castrum Sex y que se
reforzó y se amplió en el siglo XV. El nombre debe haber existido mucho antes,
ya que los sajones construyeron su ciudad amurallada sobre las ruinas de una
antigua fortaleza romana. En 1298, la ciudad fue llamada Schespurch, mientras
que en 1367 se le llamó Civitas de Seguswar. El nombre de Sighisoara se observó
por primera vez en un documento escrito emitido por Vlad Dracul, el padre de
Vlad el Empalador, en 1431. Ha conservado de manera ejemplar las
características de una pequeña ciudad medieval fortificada, que ha sido
incluida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Son calles empedradas
con nombres del gremio de oficio, torres de defensa originales del periodo
medievo, casas del siglo XVI, siendo lo más importante la Torre del Reloj, el
palacio del Ayuntamiento, el cementerio y la iglesia de la Colina. Mira mas detalles en Viaje Rumania
La casa del Conde, Vlad Dracul House, es una enorme casa amarilla ubicada justo al
lado de la Torre del Reloj, que hoy en día se ha convertido en restaurante.
Aquí nació en 1431 Vlad y vivió con su padre hasta 1435 cuando se mudaron a
Targoviste. En la puerta puedes ver un dragón de hierro forjado ya que era el
emblema de la familia, porque al padre le dieron la Orden del Dragon (Dracul)
por sus acciones en la lucha contra el Imperio Otomano. Esta Orden era muy
preciada y se daba ya que en la época medieval los dragones simbolizaban
independencia, liderazgo, fuerza y sabiduría. Posteriormente, al igual que con
la figura del empalador, este dragón cambio su significado asociándose al
diablo, en lugar de hechos victoriosos y entrega en el combate.
Dentro, hay numerosas cosas para recordarte la
presencia del Conde, como bustos de bronce de Vlad Tepes, murales de la ciudad
y del famoso empalador, y, sobre todo, la carta y el restaurante, ya que está
inspirado en la época medieval, a la par que tiene platos con el emblema del
dragón o platos especiales como la sopa de tomate para reflejar la sangre que bebía.
En general, la comida es buena, en especial dicha
sopa.
Es un restaurante bastante grande, e
incluso tiene una terraza donde nos pusieron a nosotros, que éramos como 15-20
personas, ya que hacia bastante buena temperatura.
Luego, si quieres puedes pasar a una
estancia donde hay un ataúd y cuatro cosas puestas para turistas, que todo el
mundo dice que es una gran decepción, y que a nosotros ni nos lo recomendó el
guía, así que nos quedamos con la comida.
Aparte de comer aquí, la
ciudad luego tiene muchísimos sitios que descubrir como la Torre del Reloj, o
la Escalera de los estudiosos. A la primera, la Torre del Reloj, se puede subir y tiene unas hermosas vistas desde
arriba. La escalera es un pelín estrecha y tienes que no tener problemas de
movilidad. Desde arriba ves el reloj, las casa gremiales, los tejados preparados
para las grandes nevadas de la región, etc.
La escalera de los estudiosos es famosa por ser una de las más grandes
escaleras cubiertas de madera. Se construyó en 1642 para facilitar y proteger a
los escolares y feligreses en su ascenso a la escuela y a la iglesia durante el
invierno. Originalmente, tenía 300 escalones, pero después de 1849, su número
se redujo a 175.
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