jueves, 26 de mayo de 2016

Relajándonos en el templo Ryoan-ji, Kyoto


El templo Ryoan-ji (el templo del dragón tranquilo y pacífico) es también Patrimonio de la humanidad desde el 94. Lo vimos en nuestro viaje viaje japon

Fue fundado en 1450 por la escuela Myoshinji de los Rinzai, pertenecientes al budismo zen. Dentro del templo tiene uno de los karesansui (jardines secos) más famosos del mundo, construido en 1488. Es un jardín de rocas que tiene, una composición de grava blanca y 15 piedras que muchos consideran la máxima expresión del budismo zen y todo en 25x10m. Aunque existen múltiples interpretaciones del simbolismo de las rocas, su significado, como el del zen, escapa a cualquier definición. Sus adivinanzas sólo pueden resolverse a través de la contemplación del silencio. El creador no dejó ninguna explicación del mismo. El jardín se ubica frente al salón Hojo, en el extremo sur, como una extensión del salón perteneciente al abad. En total hay 15 piedras dispuestas en 3 grandes grupos. El primero comprende las 3 rocas de más a la derecha. El segundo, las 5 siguientes, y el tercero, las 7 restantes. En cada grupo destaca una piedra mayor que las demás. El musgo se utiliza como base de algunos grupos para dar unidad. Existe una idea de movimiento, según miramos los grupos de derecha a izquierda, se van volviendo cada vez más dispersos, hasta llegar a las últimas dos piedras que no tienen musgo. No se pueden ver todas las piedras de un sólo vistazo, hay que ir moviendo la vista.

Durante muchos años se pensó que la mejor interpretación del sentido de la disposición de las piedras en el jardín era el de una especie de Tigre cruzando un río. En el 2002, unos científicos de la Universidad de Kyoto utilizaron ordenadores para buscar formas usando la disposición de las zonas vacías del jardín en vez de la disposición de las piedras. El resultado es que encontraron el patrón de un árbol escondido dentro de la estructura del jardín. Dicen que por eso es tan placentero presenciar el jardín, nuestro subconsciente capta el patrón del árbol sin que lo notemos. El mismo equipo de investigación probó moviendo algunas piedras de forma aleatoria y vieron que enseguida se perdía la armonía de la configuración inicial. Por ello creen que la construcción del jardín está muy bien pensada y no es un acto de la casualidad. Otra posible interpretación es que el jardín busca el vacío, representado a través de nuestra incapacidad de observar el todo. La última piedra está casi fuera del jardín, y eso también nos da una sensación de infinito.
La verdad es que a ninguna nos relajó en absoluto el jardín, es más, aguantamos unos 5 minutos y nos fuimos ya que lo veíamos una pérdida de tiempo. Sera que no somos muy de meditar ni muy zen, jejeje, aunque desde luego hay que verlo ya que es algo insólito y difícil de ver en otro lado del mundo.





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