En la Selva Negra destaca
un pueblo famoso por sus cucus donde fuimos, y donde caimos en la tentación
Triberg es una ciudad rodeada de profundos bosques de
abetos y por las montañas de la Selva Negra. La cruza el río Gutach, que forma
un sistema de cascadas de más de 163 m de caída (las más altas de la Selva
Negra) pero que no vimos ya que en invierno anochece muy rápido...
Otra de las características de la ciudad son los
relojes de cuco o reloj cucú, que se caracteriza por tener una abertura por la
cual, cada hora, sale un autómata que emite un canto, cuyos sonidos se asemejan
a la onomatopeya «cucú». El mecanismo para producir dicho sonido fue instalado
en la mayoría de los relojes de cuco en el siglo XVIII y ha permanecido hasta
el presente casi sin modificaciones. El que compramos es del estilo "Chalet"
(parte exterior como una típica cabaña alpina del medievo) que se originó en
las últimas décadas del siglo XIX en Suiza. En 1629, un noble de la ciudad de
Augsburgo, Philipp Hainhofer, fue el primero en describir un reloj cucú que
pertenecía al Príncipe Augusto de Sajonia.
21 años
después en un manual sobre música, Musurgia Universalis, Athanasius Kircher
describe un órgano musical con varias figuras autómatas, incluido un cuco. En
1669 Domenico Martinelli, en su manual sobre funcionamiento de los relojes
Horologi Elementari, sugiere utilizar el canto del cuco para anunciar las
horas. Entre 1740 y 1750 se comenzaron a fabricar los primeros relojes cucú de
la selva Negra, siendo hoy en día los mayores vendedores de relojes artesanales
de este tipo. Al principio eran muy sencillos y los iban vendiendo por los
caminos los "portadores de relojes".
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