Para que no se hiciera tan largo el viaje a la Toscana (Diario viaje toscana), en la segunda jornada decidimos parar en
algún lugar, así que nos decantamos por Portofino, ya que las fotos eran muy
bonitas y estaba lejos para ir otro día. El camino para llegar allí es sumamente
bonito, ya que atraviesas otro pueblo que es espectacular, Rapallo, y al que merece la pena ir con más tiempo para descansar y
recorrer todo el paseo marítimo, e incluso, para ir andando a Portofino, ya que
la carretera va por la montaña y tiene un camino para las personas.
Portofino forma parte de un parque natural, de ahí su belleza.
Según Plinio el Viejo, el pueblo de Portofino fue fundado durante el Imperio
Romano con el nombre de Portus Delphini debido a la gran población de
delfines en el Golfo del Tigullio. La villa está citada en un diploma del año
986 en el cual venía oficializada la donación de la villa a la vecina abadía
benedictina de San Fruttuoso di Capodimonte. Como
curiosidad podemos decir que Portofino está recreada en los Estados Unidos
en el "Portofino Bay Resort" de los estudios de cine Universal de
Orlando.
Actualmente, es un pueblo muy turístico con precios astronómicos (5
euros por una hora de parking u 8 euros por un bocata), pero que no deja
indiferente a nadie. A mí me gustó bastante como parada, aunque de haber tenido
más tiempo también hubiera ido en ferry a San Frutuosso. También es cierto que
a algunos que lo conocen indican que es bonito pero no al nivel de las
fotografías que aparecen en internet ya que cuando llegas allí ves que algunas
cosas no son como parecen, como el que las casas no tengan molduras y relieves,
sino que es todo pintado... Aunque desde luego, la belleza del entorno y el
lugar son incuestionables
No hay comentarios:
Publicar un comentario