Lucca, pequeña ciudad cercana a Pisa con un atractivo
muchísimo mayor que la ciudad vecina, Pisa, y se puede llegar muy fácilmente de
una a otra. Nosotros recorrimos ambas al hacer nuestro recorrido por la Toscana
(viaje toscana)
Fue fundada por la civilización etrusca. Su
nombre se debe probablemente a los celtas ligures (Luck), y significaba en su
origen, "lugar de paludismo". La cuadrícula de su centro histórico
conserva la planificación romana de las calles y la Plaza de San Miguel ocupa
una parte del antiguo foro.
Lucca fue la ciudad-estado italiana más extensa
con una constitución republicana ("comuna") en permanecer
independiente a lo largo de los siglos junto a Venecia. En 1805 Napoleón se
apoderó de ella, poniendo a su hermana al mando como "Princesa de Lucca y
Piombino".
La ciudad es famosa ya que Dante paso un tiempo de su exilio en ella, razón por la cual en La
Divina Comedia incluyó muchas referencias a las grandes familias feudales
que tenían enormes jurisdicciones con derechos administrativos y judiciales en
la Toscana.
Seguimos el recorrido
marcado en la guía El Pais Aguilar en esta ocasión ya que pasaba por las
principales plazas de la ciudad y las principales torres que se mantienen en
pie. Hacia el siglo XIV, dentro del perímetro de las murallas de la ciudad de
Lucca existían gran cantidad de torres y campanarios. Hoy en día hay más de 130
aunque las más famosas son las dos que vimos, la Torre del Reloj y la Torre Guinigi, que tiene un jardín en la
azotea. Se puede subir a ambas en caso de que tengas tiempo y quieras ver Lucca
desde las alturas.
La catedral
de San Martín es un templo católico dedicada a San Martín de Tours. Según
la tradición, el primer templo fue edificado por San Frediano, santo originario
de Lucca muerto en 588. El obispo Anselmo (más tarde elegido Papa Alejandro II)
mandó construir la catedral en 1063, quien la consagró en presencia de la
condesa Canossa. A finales del siglo XII se inició la tercera y definitiva
reconstrucción de la iglesia, con la realización de la fachada, alternándose
las obras hasta su finalización en 1637. La iglesia adquirió su forma actual
con el arquitecto Antonio Pardini.
Especial mención merecen las murallas que hay alrededor de la ciudad, que permanecieron intactas
hasta su expansión y modernización. Como los amplios muros perdieron su
importancia militar, se convirtieron en paseos peatonales rodeando la antigua
ciudad, aunque fueron usados durante unos cuantos años del siglo XX para
carreras de coches. Hoy en día siguen en perfecto estado y las bordeamos un
rato, aunque no concluimos la vuelta ya que nos pareció bastante monótono.
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