Para mí, una de las ciudades más bonitas que vi
en mi recorrido por Rumania fue Sibiu (Viaje Rumania).
Es un importante centro económico y cultural,
siendo entre 1692-1791 la capital del Principado de Transilvania. Posee el
título de ciudad mártir. Fue fundada por colonos sajones en el siglo XII, que
le dieron el nombre de Hermannstadt. En consecuencia, parte de su arquitectura
es germánica, lo cual se notaba por algunas casas con balcones típicos
alemanes, o las estructuras reticuladas de las fachadas que asemejaban casas
como las que vimos en Austria (crucero danubio) que tenían
inspiración alemana. En el siglo XIV, el poblado ya era un importante centro
comercial en la región. En 1376 los artesanos se agruparon en 19 gremios
diferentes. Sibiu se convirtió en la más importante de las siete ciudades con
importante presencia alemana, que dieron a Transilvania el nombre de
Siebenbürgen en idioma alemán (literalmente "siete ciudades"). Por
otro lado, Sibiu se convirtió en la sede de la Universitas Saxorum, la Asamblea
de Alemanes en Transilvania. En 2007 fue, junto con Luxemburgo, Capital europea
de la cultura y en 2004 el casco antiguo de la ciudad ha entrado a formar parte
del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Recorrimos la calle principal llena
de tiendas y maravillosas casas, donde pudimos ampliar un poco la colección de
iconos con algunos típicos rumanos, tanto los tradicionales dorados como los
específicos del país que son los iconos
pintados sobre vidrio.
Seguimos descubriendo la ciudad alta, que se ha
desarrollado alrededor de tres plazas y de un grupo de calles a lo largo de la
colina. Aquí se encuentran los puntos de interés ya que es la parte donde
tenían lugar la mayoría de las actividades económicas de la ciudad. La más
importante de las tres es la Plaza
Grande, la plaza mayor de la ciudad. Esta ha sido el punto central de Sibiu
a partir del siglo XVI. Con 142m de largo y 93m de ancho, es una de las plazas
más grandes de Transilvania. En esta plaza hay muchos edificios importantes. El
Palacio Brukenthal, uno de los más
importantes de los monumentos barrocos de Rumania, se encuentra en la esquina
noroeste de esta plaza. Su cuadro más representativo es el Hombre con turbante
azul (1430-1433) de Jan van Eyck. El edificio fue construido entre los años
1777 y 1787 y sirvió como residencia principal del gobernador de Transilvania
Samuel von Brukenthal. Aloja la principal parte del Museo Nacional Brukenthal,
inaugurado en 1817. Lo visitamos por dentro al día siguiente y ese mismo día
pudimos ver el minizoo y los tenderetes que instalaron por Pascua. Justo al lado se encuentra la Casa Azul, una casa barroca del siglo
XVIII, que, en su fachada, lleva el
viejo escudo de armas de Sibiu.
En el lado norte se encuentra
la Iglesia Jesuita. También en el
lado norte, a principios del siglo XX se hizo una construcción en estilo
moderno que hoy en día es la sede del Ayuntamiento.
Cerca de la Iglesia Jesuita, en el lado norte, se encuentra la Torre del Consejo, uno de los símbolos
de la ciudad. Esta antigua fortaleza del siglo XIV ha sido reconstruida varias
veces a lo largo de los años. El edificio colindante era utilizado para las
reuniones del consejo de la ciudad; debajo existe un callejón de doble sentido
que une la Plaza Grande con la Plaza Pequeña.
En los lados este y sur hay
casas de dos y tres plantas, con altos áticos y ventanas pequeñas, conocidas
como los ojos de la ciudad, con la
parte de arriba hacia delante y con la ventanita formando la pupila. La mayoría
de estas casas datan de los siglos XVII y XIX, en su mayoría son de estilo
barroco.
La siguiente plaza que vimos
fue la Plaza pequeña que es bastante
más larga que ancha. Su lado noroeste tiene una forma curvada, mientras que la
Plaza Grande es casi rectangular. Por lo tanto, la Piaţă Mică desempeña un
papel menor en la vida actual de la ciudad.
La plaza está conectada a
otras dos plazas y a otras calles por medio de callejones pequeños y estrechos.
El acceso principal a la parte baja de la ciudad es por medio de la calle
Ocnei, la cual divide la plaza en dos. La calle pasa bajo el Puente del Mentiroso en alemán
(Lügenbrücke), el primer puente de hierro forjado en el actual territorio de
Rumania (1859). Fue construido en Laubach, en la tierra de Hessa y montado en
Sibiu. Tiene 5 m longitud y 1,6 m altura, y la apertura del puente es de 10,5
m. Sobre él hay varias leyendas. Este puente tiene, por otro lado, importancia
arquitectónica, porque fue construido por primera vez en 1771, de madera, pero
fue reconstruido en 1859, esta vez con hierro forjado, siendo el primer puente
de hierro de todo de lo que años después será Rumania (entonces aún
Transilvania era parte de Hungría). Según nos dijo el guía, se decía que si
decías una mentira mientras que cruzabas el puente, éste se derrumbaba. También
se decía que desde él se arrojaba a los clientes que se sentían engañados. Otra
leyenda más bonita es que era el lugar de paso de muchas parejas jóvenes al
estar cerca la academia militar y sobre él se hacían muchas promesas que casi
siempre eran mentira. Sea cual sea el origen de su nombre, hoy día se tiene la
costumbre de pasar por el puente y decir, como en un cuento húngaro, algo que
deseemos pero al revés: "no quiero ganar la lotería”...
A la derecha del puente se
encuentra otro símbolo de la ciudad, La Casa
de las Artes, un edificio con muchas arcadas y que perteneció antiguamente
al gremio de los carniceros. En el lado izquierdo del puente se encuentra la
Casa Luxemburgo, un edificio barroco de cuatro niveles, antigua sede del gremio
de los orfebres. En la misma plaza se encuentra la antigua sede de los
farmacéuticos.
La tercera plaza es la Plaza Huet, donde se encuentra la catedral luterana evangélica. La
iglesia fue construida en el siglo XIV sobre las ruinas de una antigua iglesia
romana del siglo XII. Lo más representativo del edificio es la torre de siete
pisos, de 73 metros de altura, la más alta de Transilvania, y las cuatro torres
de las esquinas. Por 300 años, la iglesia fue el lugar de entierro de
importantes alcaldes y altas personalidades de la ciudad. En 1796 se
prohibieron los entierros a excepción de en 1803 cuando el barón Samuel von
Brukenthal fue enterrado aquí cerca del púlpito. La catedral por dentro era
bastante rara. Lo primero es que mientras que hay rito no puedes entrar. Lo
segundo es lo austera que es, que choca con la iglesia católica que vimos en la
plaza grande llena de estatuas o ángeles e incluso con la ortodoxa. Dentro sólo
había bancos, muros desnudos, y un altar construido íntegramente en madera pero
altamente tallado, de forma que hasta parecía que era nácar. En una pared
pudimos observar un panel con números donde indicaban los puntos de la biblia
que se iban a leer para que pudieran seguirlo todos los fieles. Tiene un órgano
barroco hecho por un eslovaco en 1671 que remplazó al primero comprado en 1585.
Como curiosidades, destaca la lápida de un hijo natural del Príncipe Drácula.
Y para terminar la visita a la
ciudad, fuimos hacia la iglesia ortodoxa
de Sibiu, que era muy bonita y estaba abarrotada de fieles oyendo misa. Por
el camino fuimos viendo algunas características que reflejaban el aspecto
medieval de la ciudad y que recordaba a la zona de Malastrana de Praga (Viaje Praga).
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