miércoles, 25 de mayo de 2016

Rezando a los faroles de piedra en Kasuga

Digno de ver es el Gran Santuario sintoísta Kasuga, que vimos en nuestro viaje (Viaje japon).

Fue construido como santuario tutelar de los Fujiwara, una de las familias que ayudó a establecer a Kasuga como uno de los emplazamientos sintoístas más conocidos y fotografiados.

La calle de acceso y los paseos que circundan el santuario albergan alrededor de 3.000 faroles de piedra y de bronce. Donadas por la gente como símbolo de fe y agradecimiento, las linternas se encienden a principios de febrero y mediados de agosto durante los festivales. Fuimos justo una semana después de uno de ellos, el Obon Mantoro, y pudimos ver vestigios de las celebraciones como los papeles para tapar los agujeros de los faroles, cada uno con el nombre de la familia a la que pertenecen.

Asimismo, pudimos ver los barriles de madera de ciprés de sake (vino de arroz que se obtiene al fermentar arroz y agua), llamados taruzake  que se llevaban a los templos sintoístas como ofrenda. Tienen vistosos colores porque era la forma en que los fabricantes llamaban la atención sobre sus productos.

Todo el santuario estaba rodeado del Bosque Primigenio Kasugayama, teniendo toris que marcaban el principio de la región sagrada en cada punto de entrada. Tanto el Bosque como el santuario son también Patrimonio de la Humanidad.

El edificio original se completó en 710, pero, siguiendo las normas de pureza y renovación propias del sintoísmo, la estructura se demolía y reconstruía con la misma forma cada 20 años. Esta práctica se llevó a cabo unas 50 veces en el transcurso de los siglos, pero la estructura actual se conserva desde 1893. Dentro las fotografías estaban restringidas en parte, no pudiéndose fotografiar a las monjas por ejemplo, aunque logramos una foto de lejos. En este templo fue la primera vez que aprendimos el ritual para pedir una oración: echas moneda, das dos palmadas, te inclinas dos veces, otra palmada y última inclinación.
                                       
El santuario llegó a estar bajo el patronazgo imperial durante el comienzo del periodo Heian. En el 965 el  Emperador Murakami ordenó que los mensajeros imperiales fueran enviados a informar de eventos importantes al guardián del kami de Japón. Este heihaku fue inicialmente presentado a 16 santuarios, incluido Kasuga-taisha. Desde 1871 a 1946, el Santuario fue oficialmente uno de los Kanpei-taisha, lo que indicaba que se encontraba en más alto nivel de los santuarios financiados por el gobierno.

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