viernes, 2 de noviembre de 2018

Recorriendo Tomar, Portugal




Los templarios se instalaron en Tomar, con un castillo, al que pronto añadieron el convento de Cristo donde dormían que visitamos posteriormente y la iglesia, que era realmente espectacular, mucho mejor al natural que las fotografías. Mira mas en mi link Diario viaje a Portugal

Duraron hasta el siglo XVI donde se introdujo la Inquisición en el país, que comenzó a profanar tumbas, destruir toda la documentación existente, de forma que la orden se volvió sólo monástica y poco a poco fue desapareciendo.

Cuando llegamos al sitio la verdad que fue una suerte ir con guía, ya que nos dejó arriba y él fue a aparcar abajo, y además nos coló una gran cola de viajes organizados que iban a la vez, aunque luego dentro al ser el espacio tan grande, la verdad que no había ninguna aglomeración. Todo el complejo es Patrimonio de la Humanidad desde 1983.


El patio es precioso, se ve el convento, el castillo, como fue añadido, e incluso los efectos del terremoto tan grande que asolo la ciudad en el siglo XVIII de forma que había parte de las paredes de la iglesia que se habían caído, pero las mantenían ahí para que se vieran. Antes de entrar ves la puerta sur de la iglesia obra de Juan del Castillo, realmente preciosa y super ornamentada.


Hay multitud de patios interiores, casi todos con la misma configuración, estilo claustros, con pequeñas barandillas y arcos, una fuente en el medio o un sumidero y preciosos azulejos decorando las paredes. Igualmente, muchísimas ventanas poseen asientos para poder sentarse y deleitarse con los paisajes y la tranquilidad que tuvo que tener el entorno. Justo desde uno de esos asientos se ven las ruinas el Paco do Infante, que era la antigua casa militar templaria trasformada en palacio por D. Henrique. 

Empezamos la visita por el claustro do Cemiteiro, característico por los azulejos y esos arcos. En él se puede ver varias salas curiosas. La primera que visitamos fue la capilla  Portocarreiros realizada en 1626 por Antonio Portocarreiro, preceptor de las rentas de la Orden, como capilla funeraria de su familia, para redimir pecados que contiene unos impresionantes murales de azulejos con imágenes de la vida de Jesus y Maria. Creía recordar que el guía nos había dicho que era en honor también de los navegantes pero no he logrado encontrar confirmación del tema. Aquí fue super curiosa la historia que nos contó sobre el escudo que se veía justo enfrente, ya que como se ve sólo hay una flor en uno de los cuadrados, pero anteriormente había uno en cada una, correspondiente a las mujeres que tenía, pero justo por eso decidió construir la capilla y tener sólo una mujer, de forma que se quitaron dele escudo las demás para que así quedara reflejado. 


Aparte de la capilla en este claustro se ubican también las tumbas de varias personas relevantes como D. Diogo de Gama, hermano de Vasco de Gama y capellán de D. Manuel I,  D. Baltazar de Faria, diplomático al servicio de D. João III, de 1584 y la de D. Pedro Álvares Seco, contador de la Orden, compuesto por un túmulo en arca bajo un obelisco decorado con las armas del mismo.

Tras eso fuimos a la sacristía nueva, totalmente vacía de muebles. Nos indicaba el guía que tenía una acústica excepcional y que daban bastantes conciertos de cámara allí. Llego a demostrándolo chillando y la verdad que se oía muchísimo. Fue construida a finales del siglo XVI por Francisco Lopes, el Maestro de los trabajos del convento durante el priorato de Medes. Lo más relevante es el techo realmente bonito donde se pueden ver aspectos militares, armas reales, cruces de la Orden sobre un fondo negro que responde a unas obras de unificación estilística en 1629 en la época filipina.

Y con eso llegamos al punto fuerte de la visita junto con el claustro principal, la iglesia. No había leído mucho adrede de este palacio de Tomar, simplemente había visto alguna foto y pensé que era espectacular, y menos mal, porque cuando vi la iglesia me dio un vuelco el corazón. Era realmente impactante. Sólo hay una parecida en Jerusalén (basándose en la idea del santo sepulcro), pero muchísimo más pequeña. Es una estructura circular que tiene dentro otra más repleta de iconos, estatuas de santos, etc. done instalaban el altar para dar misa. Te sobrecoges cuando la ves. 


Tiene aspectos románicos aunque fundamentalmente es gótica. Usaron múltiples técnicas, desde frescos con trama patojos como el de pulpito de la entrada, pan de oro, estuco, trabajos de madera, relieves, etc. Allí lo llamaban charola, que significa rotonda por el carácter redondo anteriormente explicado y venia del siglo XII aunque por supuesto ha sufrido muchísimas modificaciones a lo algo de los siglos, especialmente durante el siglo XVI, hasta convertirla en el altar principal como nos explicaba el guía.

Tras esta visita tan bonita, volvimos a otro claustro, esta vez el principal, donde se ve una cosa curiosa y es una ventana realmente cuidad y adornada con motivos marineros como los que veían en otros puntos del convento, y que es la ventana sur de la sala capitular que prácticamente tapiaron al construir el claustro principal. En este claustro también destacan las escaleras de caracol de piedra bellamente pulidas que ves en dos extremos del patio.

Desde el patio accedes a una terraza donde puedes ver la Casa do Capitulo, del siglo XV, donde se reunieron las Cortes convocadas por Felipe II en las que fue legitimizado como rey de Portugal. Aquí que nos preguntó que que creíamos que había sido, y yo dije que una iglesia ya que al fondo se veía como un altar, pero me dijo que aparte de eso, también había sido una prisión durante un tiempo. Curioso, desde luego 😊

Este claustro es realmente bonito, aunque de otro estilo diferente, ya que aquí no aprecias azulejos, tiene columnas más gruesas y otro aire. La historia dice que durante el reinado de Felipe II, coronado rey de Portugal en 1581 precisamente en unas Cortes celebradas en Tomar y nombrado gobernador de la Orden, se continuaron con los trabajos de remodelación del Convento, añadiendo este claustro que culmino Felipe Terzi, de ahí que se le conozca como el de los “Felipes”.




Ya nos iba quedando menos de visita. Lo siguiente fue ver los dormitorios de los monjes. destacaban por su pequeño tamaño, aunque cada uno contaba con una ventana para poder ver los jardines. Hay varios que están abiertos para poder ver su interior, vacío de muebles por supuesto.

Desde una de estas habitaciones se pude ver el emblema máximo del convento que es una ventana de estilo manuelina llena de símbolos que fue copiada en el Palacio de Pena. Al igual que la ventana anterior, está llena de elementos marítimos, cuerdas, nudos, raíces, y elementos del mundo vegetal. 


Por último, de esta zona también destacaba otra habitación que era una enorme hoguera, ya que montaban un fuego en el medio que a través de la zona superior que no estaba cerrada como hoy en día calentaba todas las celdas de los monjes y residentes de la orden. En esta zona el guía también nos contó que había cambiado muchos la gente que residía allí, ay que tras los monjes masculinos y los templarios, posteriormente fue un convento femenino.

La última parte donde ya empezábamos a estar cansados fue la zona de las cocinas, bastante grandes pero rudimentarias, con una campana donde cabrían como 30-40 personas¡¡ y justo al lado hay un enorme comedor donde tenían las reuniones en l orden, que destaca por varios puntos curiosos. El primero es que no hay bancos a ambos lados de las mesas porque decían que no se podía dar la espalda a los comensales ya que eso dificultaba el dialogo. Igualmente, aunque aprecia una sala inmensa, se oía si no había nadie hablando lo que decían desde la otra punta de la mesa. Hicimos la prueba y oímos hasta la mitad teniendo en cuenta que la gente entraba, salía y habla alto. Y por último destacar los dos pulpitos que había en la mitad que usaban para leer durante las comidas.

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