Para ir a visitar el
Palacio, lo primero fue a las 9 ir corriendo al palacio de Queluz que teníamos
enfrente a comprar las entradas del día, para ahorrarnos la cola al llegar al
Palacio de Pena y menos mal, porque al llegar después de la subida que tiene
por una carretera de montaña atestada de coches, había una cola de al menos
media hora para comprar entradas, luego tuvimos una de 15minutos para entrar
dentro, y luego otra de otros 10 minutos para subir al bus que te lleva hasta
arriba y que te ahorra una buena caminata, aunque dentro vas como sardinas en
lata, ya que a pesar de que vale 3 euros por persona, lo cargan a tope yendo
muchísima gente de pie. Menos mal que nos tocó de los primeros del nuevo bus, y
así pudimos ir sentados. Mientras que la subida va llenísimo, la bajada por el
contrario va mucho más vacío, aunque no te dejan sacar el billete sólo para un
sentido, mira que son listos. Conclusión, hay que ir lo más pronto que se pueda
como fue nuestro caso, y mejor meterse sin más dentro, porque luego sales en el
mismo punto y puedes ver las murallas y entrar por la puerta de Neptuno sin
problemas pero te ahorras más cola ya que nosotros lo hicimos al revés, y
supuso otros 15min de cola, y que decir cuando salimos a la hora donde la cola
iba toda la cuesta hasta donde estaba el bus…
El Palacio se asoma
tímidamente entre una vegetación abundante, y coronando una gran colina, así
que desde allí se divisan unas vistas increíbles de Sintra y la región, y de
los extensísimos jardines por los que luego di un pequeño paseo. Aquí otro
síntoma de la “simpatía” de algunos portugueses porque pregunte en la tienda al
final de la visita que cómo se podía ir a los jardines y me dijo que mirara un
plano, que estaba señalizado allí. Con lo fácil que hubiera haberme dicho que
en la parada de autobús a la izquierda parten los miles de caminos por donde
perderte un rato…
Este Palacio es
principalmente conocido por la extraña mezcla de estilos arquitectónicos de su
fachada, así como por lo colorido de sus torres y paredes, que no es normal,
pudiendo ver aspectos manuelinos típicos del país, estilo renacentista,
islámicos, gótico, mudéjar y multitud de formas de decoración, lo que parece
como un collage de palacios puestos al tun tun por un niño, pero que le da un
aspecto único a la vez. Por dentro no nos llamó especialmente la atención,
aparte que con toda la gente que había, teniendo que ir si o si por el caminito
marcado de forma muy rápida y sin poderlo admirar, pues dejaba bastante que
desear. Aun así, el Palacio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco en 1995 y fue una de las residencias de los reyes en el siglo XIX. Es
curioso que todas las torres excepto la del reloj tienen cupulas encima.
El origen del palacio es
bastante curioso. Felipe II, un rey consorte, visito la zona y se enamoró de
ella, así que decidió adquirir un gran terreno donde mando edificar este
palacio y donde también se hallaban otras villas o incluso el Castillo de los
Moros. Este Palacio decido construirlo encima de los restos de un antiguo
monasterio de la Orden de San Jerónimo que quedaron tras el gran terremoto ya
mencionado varias veces de 1755. Este monasterio había sido reconstruido el rey
Manuel I cumpliendo una promesa, rey que ha salido bastante en el libro por su
amor a dicha orden y al país.
Según bajas del autobús, aun
te queda una “pequeña” cuesta para subir, que ya podía solventar el bus con lo
que se paga, o al menos poner alguna forma alternativa para subir a los que
tienen problemas de movilidad… Aquí ya empezamos a ver las típicas fotos de la
fachada multicolor. Tras terminar la subida y girar a la derecha, pasas por una
puerta llena de relieves de piedra con forma de pinchos y aspectos moriscos que
tiene un puente levadizo incluido¡¡ Parece un palacio de juguete. Tras
descansar un minutillo de la subida, fuimos bordeando las almenas donde te
podías subir y nos metimos por la puerta de Tritón que daba aun patio de los arcos, y donde hay otras
escaleras que dan a la pequeña capilla, que es de piedra aunque no tiene nada
muy reseñable y un camino alrededor de las murallas que hice luego y que te
permite ir hasta casi el inicio del recorrido, contemplando esos muros rojos
tan grandes. Desde allí, hay unas vistas tremendas del castillo de los moros,
ves almenas, hay tramos muy estrechos donde se junta mucha gente y hay que
esperar un poco, pero merece la pena el pequeño recorrido por las vistas.
Tras eso ves la puerta
principal por la que fuimos confundidos, ya que debíamos haberlo hecho luego,
jeje. Esa fachada es espectacular, toda llena de azulejos portugueses en tonos
azules verdosos y blanco y con una puerta presidida por un ser que me recuerda
al dios Neptuno o al padre de la Sirenita, saliendo de una concha, con cabellos
largos que parece que soporta sobre sus hombros todo el peso de la estructura.
Es conocido como la puerta de Tritón y fue diseñada por el rey Fernando como
una “alegoría de la creación del mundo” ya que engloba los cuatro elementos ya
que une el mar con las conchas con la tierra con las hojas y las parras, con el
aire y le fuego. Dicen que tiene mucha relación con el convento de Tomar que ya
habíamos visitado, tanto porque allí se ve un hombre similar barbudo en el coro
del convento como por la ventana que hay en el patio de los arcos que esta
justo en al punto donde esta Tritón en la otra fachada y que se asemeja justo enfrente de estilo manuelino como la
famosa ventana del convento que también tenía muchísimas referencias al mundo
marino.
Dentro, enseguida accedes a
un claustro donde cada columna es totalmente diferente a las demás. Había una
persona restaurando los azulejos, y rodeando al claustro se visitan muchísimas
estancias como algún dormitorio como el del rey Carlos (que fue asesinado), el
comedor con la cruz de los templarios nuevamente, alacenas con platos, baños
etc.
En el piso superior más
dormitorios de las reinas, ayudas de cámara, y diversos aposentos de descanso.
Destacan techos y paredes en algunas de estas habitaciones. También eran
memorables el gran salón lleno de ventanales enormes con vidrieras de colores
preciosos (algunos provenientes de Centroeuropa, Nuremberg sobre todo) y
sucesión de sillones rojos puestos iguales con grandes esculturas (inicialmente
fue concebido como una sala de billar aunque la mesa se quitó en 1939) y la
sala de los venados, llena de cornamentas de ciervos, circular y muy bonita,
que fue concebida para banquetes de los grandes caballeros, habiendo previsto
poner grandes vidrieras con las heráldicas de los guerreros, y armas encima de
las cornamentas, aunque finalmente no llego a realizarse, conservándose sólo la
mesa circular en el centro. Remarcar que en la sala había una pequeña
exposición de trozos de vidrieras e indicaba el cartel que era parte de la
colección de Fernando II, que era un enamorado de eso y coleccionaba muchísimas
y gran variedad de objetos de arte. Terminamos la visita en las cocinas, desde
donde llevaban todo por la escalera de caracol que bajamos hasta la sala de los
venados para los banquetes.
Desde su
finalización, el Palacio fue
residencia de cinco reyes de Portugal siendo el ultimo Manuel II ya que después
en 1910 se instauro la república y se convirtió en el museo que es hoy en día.
Después de la visita,
hicimos una pequeña parada en la tienda donde compramos unos bolsos circulares
muy curiosos y me encamine a una ruta por los jardines en solitario mientras
que me esperaban en la parada del minibús. Empecé con energía, yendo hacia
abajo y al ver a un montón de personas, decidí bajar con ellos. Craso error, ya
que terminé en el punto más bajo del palacio donde se coge el minibús, así que
tuve que subir todo de nuevo… Menuda cuesta¡¡ Luego decidí irme hacia la
derecha, tampoco acertado, porque sólo marcaba que a 1,5km estaban las estufas,
pero nada más, así que decidí volver sobre mis pasos y encaminarme a la
izquierda. Por fin empecé a ver un paisaje impresionante¡¡¡ Eso si, todo estaba
como a un kilómetro y pico en todas direcciones, que teniendo en cuenta la día
y vuelta, eran casi 3km para cualquiera de los puntos interesantes. Empecé
varios caminos, siempre intentando ir hacia la zona de los algos, pro cuando
llevaba unos 700m en cada uno y no veía nada parecido, pensaba que iba mal y
volvía sobre mis pasos… Así hasta que ya dije, vuelvo arriba, y cuando iba a
darme por vencida, vi unas señales que decían 700m a los lagos, así que pensé,
los tengo aquí al lado… Ufff, madre mía, que bajada, y lo que es peor, que,
subida, con una inclinación fácil, tierra suelta en muchos puntos, y todo eso
con poco tiempo, así que subí, bajé, e hice fotos en menos de 20min todo. Eso
sí, la zona de los lagos impresionante. Esa imagen de los dos lagos
consecutivos, la vegetación, no se me ira de la memoria en mucho tiempo. Por el
camino, vi algún otro punto señalado en el mapa como el lago de la concha, el
valle de la reina, el jardín de las camelias…
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