sábado, 16 de abril de 2016

Experiencia única en Bali: Casarse por el rito hinduista

Una de las razones para elegir Bali para la luna de miel fue el podernos casar por otro rito de una forma original, aunque luego la verdad que descubrimos un país increíble cómo se puede ver en el Diario de Viaje viaje bali.

La boda balinesa fue realmente, una de las experiencias mejores de todo el viaje. Aunque pensábamos que iba a ser un paripé, en verdad fue una boda igual a las que hacen los balineses que tienen dinero, la boda del rey y la reina de Bali, y desde un principio, sentimos que era de verdad y nos lo tomamos en serio. Los propios balineses hacen igual que nosotros, alquilan los trajes, lo que les vale unos 350 euros por persona, con lo que el precio que nos costó la boda estaba más que amortizado.

Empezamos preparándonos para lo cual tardaron en arreglarme una hora. Primero me maquillaron, pintándome los ojos muy negros, los labios rojos, mucho colorete y poniéndome el arreglo de la cabeza, el cual está hecho con pan de oro y se pone uno a uno dándole la forma triangular que se ve en las fotografías. Por lo menos llevaría 30 o 40 de ellos que van pinchándolos en un mono postizo que te ponen. Pesaba muchísimo y me dolió el cuello al acabar la boda pero quedaba espectacular. 

También me pintaron el pelo que se veía poniéndomelo negro, aunque casi no se veía con el tocado. Para rematar el tocado te ponen una diadema y ahí le pinchan cinco flores doradas para rematarlo. En la parte de atrás ponen una corona de flores y hojas verdes y amarillas típicas de Bali.  El resto de complementos quedaban muy vistosos, aunque en verdad eran falsos, jeje, por ejemplo los brazaletes de los brazos no se ven, pero nos los pegaron con celo ;)



Con respecto a la ropa, te ponen dos pareos, un corsé, una tela larguísima estrecha que te enrollan alrededor del pecho hasta la cintura y otra tela con la que te tapan el pecho y que ponen por encima del hombro.

Al hombre le pusieron también dos pareos, una faja y un cinturón bajo el pecho. Incluso le pusieron la espada tradicional del país. Él llevaba el gorro típico balines que se lo ponen con el batik para acordarse que no deben mirar lascivamente y que deben centrarse en lo terrenal. Por supuesto, nos pusieron el punto rojo ya que la ceremonia era hindú.

Una vez realizadas las fotos de rigor, en el templo de la familia el sacerdote nos bendijo y pidió permiso a los dioses para realizar la ceremonia en el templo del pueblo, Belayu, ya que nosotros no éramos hinduistas y además éramos extranjeros. Para rezar, hay que ponerse en la posición adecuada. Los chicos sentados y las chicas de rodillas, poniendo ambos las manos por encima de la cabeza. Las niñas que nos ayudaban no paraban de corregirnos la postura. Nos bendijo tres veces y nos dio con flores y con una hoja de palmera con arroz, bendiciéndonos con agua tres veces.

Tras la ceremonia salimos en procesión al templo del pueblo. Primero iban las niñas con las ofrendas sobre la cabeza, luego íbamos nosotros, que nos llevaron hasta el templo en unos tronos levantados por cuatro portadores, y detrás iba una banda de música. El trayecto, aunque pequeñito, fue totalmente impactante, ya que salió todo el pueblo a vernos y hacernos fotos, incluso la policía cortó el tráfico de la calle para que pasáramos. La única pena es que las fotos quedaron un poco borrosas por la humedad, y porque el fotógrafo era nuestro guía, jeje.
Según entramos en el templo hicimos todas las tradiciones típicas de la boda balinesa. Primero nos dieron agua de coco, e hicieron una pelea de gallos, que es una combinación de sacrificio, deporte y apuesta. Suelen pelear hasta la muerte de alguno de los gallos. En nuestro caso gano el blanco. Luego pisamos unas ofrendas antes de entrar en el templo, donde había incluso un huevo que había que aplastar, y ahí nos dispusimos a entrar para celebrar la ceremonia. Antes nos hicimos unas fotos delante de la puerta del templo que era original del siglo XVII y aguanta más de 50 toneladas de techo sin acero ni hierro. Por el camino las niñas nos echaban flores, incienso y esencias.

El sacerdote que ofició la ceremonia era el del templo de Belayu. Él no tiene sueldo, sino que vive de lo que le va dando la gente. Por ejemplo en nuestra boda le pagaron por ir a la casa a oficiar la primera parte de la ceremonia, y luego por la ceremonia en el templo, aparte que se queda con el dinero de las ofrendas.

En la ceremonia, el sacerdote empezó bendiciendo varias cosas como arroz, cuerdas, sal, hojas de palmera, que bendecía y luego nos pasaba por el cuerpo. Luego nos salpicó con agua encima varias veces y tras eso nos dio con una hoja de palmera que metió en agua y nos dio un cordel rojo que luego tiramos encima de la palmera la cual rompimos. Tras eso sacudimos las manos y terminó la ceremonia.

A continuación nos llevaron a otro punto del templo donde repetimos todo otra vez de rodillas, bendiciéndonos con agua y de la que tuvimos que beber tres veces. Después la monja del templo repitió lo mismo, bendiciéndonos y dándonos de beber. También nos dio arroz para comer, nos lo puso en la frente, el cuello y el brazo, terminando la ceremonia poniéndonos la pulsera de tres colores (rojo, negro y blanco) que representan los tres dioses hinduistas.

Y para terminar nos dieron la cena. Con cada plato, daban una vuelta entera a la mesa antes de servir. Pudimos coger de 7 u 8 diferentes¡¡ Allí la tradición es diferente. Igual que en España cortamos la tarta nupcial, en Bali coges el plato de arroz y el marido debe servir a la mujer y de ese plato comer ambos. Luego la mujer sirve y ambos comen del mismo otra vez. Este procedimiento lo repetimos con la tarta, la que partimos juntos y comimos a la vez. Cuando nos servimos la tarta nos preguntaron si nos la queríamos llevar al hotel o si queríamos compartirla. Obviamente, la compartimos con las niñas que nos hacían de damitas de honor, los músicos y todo aquel que quería comerla, y estaban súper contentos. Además que nos dijeron que eso significaba que sabíamos compartir y que íbamos a tener un matrimonio muy feliz :)

Por último, nos dieron un elefante blanco que es el símbolo del palacio porque representa que son fuertes a la vez que no son agresivos.


Consejo final: Si quieres una boda original, la Balinesa es una buena opción. No creas que es casarse de blanco en la playa, sino que es la ceremonia de verdad que hacen ellos hinduista y la verdad que es súper especial, porque aunque no seas de esa religión, crees totalmente en lo que están y estás haciendo. Ellos no lo ven como un paripé para turistas sino como una unión de dos personas en su país con lo que se sienten muy orgullosos y lo hacen lo mejor posible. Debes contratarla en el pueblo como el de Belayu, que es el más típico para oficiarlas.

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