Como hemos dicho en muchos lados, Bali es un país muy religioso siendo
el 80% hinduista como explico con detalle en el Diario de Viaje . Tienen
muchísimos aspectos de los hinduistas como creer en las reencarnaciones, aunque
no todos los tópicos de India , ya que en Bali por ejemplo
las vacas no son sagradas. Otra diferencia es que tienen cuatro castas no
cinco, ya que no tienen parias. La mayor parte de la población pertenece a la
casta Sutra, siendo el resto de la casta triwangsa que se divide en Brahmanes
(sacerdotes), Ksatriyasa (mercaderes) y los Wesia (nobles). Son bastante
estrictos en este aspecto de forma que si una chica de casta superior se casa
con un inferior pierde la casta, así que la familia seguramente intente
prohibir el matrimonio. Igualmente, si un niño es de una casta superior a su
abuelo, el abuelo debe hablarle de usted y con otro dialecto especial para una
casta superior, aunque sería el niño quien debería presentarles respeto.
Existen muchas ceremonias importantes en Bali. La comida en todas
estas ceremonias es muy importante, variando la cantidad y el tipo de comida
dependiendo de la ocasión. En todas ellas, quienes cocinan son siempre los
hombres llamados "spice Gods".
La primera es cuando la
mujer llega al tercer mes de embarazo donde se hacen ofrendas para asegurar el
bienestar del bebe. Después del nacimiento, se entierra la placenta como vimos
en una casa balinesa. Si es niña, la entierran a la izquierda de la casa, y si
es niño a la derecha, y cada día le ponen tres ofrendas en ese punto.
Doce días después del alumbramiento, se purifica a la mujer con otra
ceremonia. 42 días después, se vuelven a hacer ofrendas para asegurar el futuro
del bebe. Aquí podéis ver las fotografías de las ofrendas a un lado del porche
de la entrada de una casa.
Los niños tienen 13
ceremonias o manusa yadnya. A los 105 días, el bebe
es bienvenido a la familia y es la primera vez que se le deja que los pies
toquen el sueño, ya que es impuro. A los 210 días (fecha importante en la
religión balinesa) el bebe es bendecido en el templo de la familia. La siguiente ceremonia importante es el
paso a la adolescencia, que se señala limándoles los dientes.
Posteriormente tenemos la boda
La última ceremonia es la cremación,
la pitra yadna, que es la más grande, espectacular, ruidosa y excitante de
todas ya que para ellos la muerte es como para el resto de hinduistas una
posibilidad de reencarnarse, así que no lo ven de la forma tan negativa como se
ve en Europa. En un trayecto pasamos por delante de un carruaje tradicional de
los entierros, que como pudimos ver, estaba engalanado con todo lujo de
riquezas, había multitud de ofrendas, etc. Debido al altísimo coste de las
cremaciones (llegando a los 6000 euros una individual), lo normal es enterrar a
los muertos, desenterrándoles al cabo de 5 o 6 años, donde se hace una
cremación conjunta pagada por toda la comunidad, tirando las cenizas al mar. En
caso de que alguien del pueblo no pueda pagarla, deberá pedir un crédito.
Únicamente los de la casta de los brahmanes deben ser incinerados
inmediatamente.
El cuerpo durante el entierro es conducido en un alto, realmente
adornado trono como el de la fotografía, lleno de bambú, papel, seda, ropa,
espejos, flores, y cualquier cosa llena de color, que llevan encima de los
hombros un grupo de hombres. El número de porteadores depende de la importancia
del fallecido. Durante el camino, el grupo confunde al espíritu del fallecido
para que no encuentre el camino de vuelta a la casa, de esa forma sacuden el
trono, van en círculos, le arrojan agua, etc. Una vez que les incineran, el
alma es libre de ascender al cielo y esperar a la siguiente reencarnación.
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