Cerca de Berlin (viaje berlin) encontramos la ciudad de Potsdam, capital del Estado federado de
Brandeburgo, ubicada en las inmediaciones de Berlín, junto al río Havel. Fue fundada probablemente en el siglo VII
como un pueblo eslavo llamado Poztupimi, centrado en un castillo. Una posible
traducción del nombre podría ser "bajo los robles". Está mencionado
por primera vez por escrito en el año 993. Ganó su carta de población en 1345.
En 1573 aún era una pequeña ciudad de mercado de 2.000 habitantes. Después de
la Guerra de los Treinta Años, Potsdam había perdido casi la mitad de la
población. La fortuna de Potsdam cambió radicalmente cuando fue elegida en 1660
como residencia de caza de Federico Guillermo I. Después del Edicto de Postdam
en 1685, se convirtió en un centro de inmigración europea. Su libertad
religiosa atrajo a gente de Francia, Rusia, los Países bajos y Bohemia. El
edicto aceleró el crecimiento de la población y la recuperación económica. Más
tarde, la ciudad fue residencia de la familia real prusiana. Los majestuosos
edificios de las residencias reales se construyeron principalmente durante el
reinado de Federico el Grande. Uno de estos es el Palacio de Sanssouci. Berlín
fue la capital oficial de Prusia y más tarde del Imperio Alemán, pero la corte
permaneció en Potsdam, donde se asentaron muchos funcionarios gubernamentales.
En 1918, la ciudad perdió su estatus de "segunda capital" de Alemania
cuando Guillermo II abdicó. Al comienzo del Tercer Reich en 1933 se dieron la
mano de una manera ceremonial entre el Presidente Paul von Hindenbrug y el
nuevo Canciller Adolf Hitler en 1933 en la Garnisonkirche (Iglesia de la
Guarnición) de Potsdam. Esto simbolizó la coalición entre los militares
(Reichswehr) y el nazismo. En 1945, fue bombardeada por la Royal Air Force, que
destruyó la mayor parte de su centro histórico. Ese mismo año, se celebró la
Conferencia de Postdam en el Palacio Cecilienhof donde se reunieron Truman,
Churchill, Attlee y Stalin para decidir el futuro de Alemania y la Europa de posguerra.
De esa forma, recorrimos Sanssouci
(sin preocupaciones) que era el palacio de verano oficial de Federico II el
Grande, rey de Prusia. Es de estilo absoluto rococó y se asemeja en parte al
palacio de Versalles. El palacio fue obra del arquitecto Georg Wenzeslaus von
Knobelsdorff, y fue construido entre 1745 y 1747 como residencia privada del
rey Federico, donde pudiera relajarse lejos de la ceremonia de la corte de
Berlín. El palacio no sobrepasa las dimensiones de una gran villa de un solo
piso. Después de la Segunda Guerra Mundial, el palacio se convirtió en una atracción
turística en Alemania del este. Tras la reunificación alemana en 1990, se hizo
realidad el deseo de Federico: sus restos mortales fueron finalmente
trasladados a su amado palacio y enterrados en una nueva tumba situada sobre
los jardines que él había creado, al lado de sus perros. Encima de la tumba
vimos una patata, en símbolo de las que se cultivaban para subsistir. En el año
1990, el palacio y sus jardines fueron declarados Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco. No es un palacio muy grande, aunque destaca la Sala de Mármol,
la biblioteca, los aposentos del rey o el cuarto donde durmió Voltaire.
Tras eso nos encaminamos al Palacio
Cecilienhof que fue el último palacio construido por la familia Hohenzollern. El Emperador Guillermo II de
Alemania lo hizo construir para su hijo el príncipe Guillermo de Prusia y su
esposa, la princesa Cecilia de Mecklemburgo-Schwerin. La edificación fue
diseñada por Paul Schultze-Naumburg en un estilo similar a una casa de campo
inglesa de estilo Tudor y fue construida entre 1914 y 1917. Su diseño está
basado en una casa llamada "Bidston Court" ubicada en la península de
Wirral. El interior fue amueblado según las indicaciones de Paul Troost, que en
su momento había creado interiores de barcos de travesía. El edificio incluye 6
patios reales, así como 55 chimeneas fabricadas en ladrillo, que fueron
completadas en 1915; sin embargo, la construcción se retrasó debido a la
Primera Guerra Mundial, de tal modo que el príncipe Guillermo y la princesa
Cecilia no lo ocuparon hasta agosto de 1917. Guillermo siguió a su padre al
exilio un año más tarde, pero la princesa Cecilia continuó residiendo en él
hasta el inminente avance del Ejército
Rojo en 1945.
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