domingo, 28 de agosto de 2016

Visitando Creta

En nuestro crucero por el mediterraneo (crucero atenas-creta-rodas-estambul-egipto) visitamos Creta, donde elegimos una excursión para ver el Palacio de Knossos. Según cuenta la leyenda, el palacio fue la prisión del minotauro, un ser mitad toro y mitad humano, que fue el resultado del amor de Pasifae, la reina, con un toro blanco del que Poseidón la obligó a enamorarse. Para esconderlo, ordenó construir un laberinto en el que cada 9 años soltaban 7 mujeres y 7 hombres hasta que uno lograra matar al minotauro. Teseo, hijo del rey de Atenas, fue mandado allí con la condición de cambiar las velas del barco de negras a blancas en caso de sobrevivir. El príncipe entró en el laberinto y ayudado por su espada mágica y por un ovillo de lana entregados por Ariadna, logro vencer a la bestia. Al regresar hacia Atenas, en una parada Ariadna despareció y no fue encontrada, así que Teseo se volvió muy triste y se olvidó de cambiar las velas. Al acercarse a Atenas, su padre vio las velas negras y pensó que su hijo había muerto, así que se suicidó arrojándose al mar que ahora lleva su nombre, el mar Egeo.



El Palacio en su esplendor albergaba mil esculturas y pinturas murales, del que queda aún alguno en buen estado pudiéndose observar una especie de toro que imagínanos que es el minotauro. Todo el palacio tenía edificios, santuarios, almacenes, con frescos de animales, vegetales o geométricos, como delfines azules en los apartamentos de la reina. En las figuras, las blancas representan figuras femeninas y las rojas masculinas. Destaca la sala de trono con el trono de alabastro y frescos de mycenaean grifos que eran bestias míticas con un águila en la cabeza y cuerpo de león que simbolizan el poder real y divino. La sala del trono se creía que era sagrada. Se dice que se usaba como sala del consejo judicial y la ley para el rey Minos y el sacerdocio. El presidente de la sede de la Corte Internacional de la Haya tiene una copia en madera del trono. 

La excursión continuó regresando a la ciudad de Heraklion donde pudimos contemplar la Fuente de los Leones o Fuente de Morosini, que está compuesta de ocho cisternas y decorada con piedra de socorro, que representan figuras de la mitología griega, ninfas, tritones, monstruos marinos, delfines mientras que la cuenca principal está apoyada de cuatro leones, de ahí su nombre.

Asimismo, pudimos contemplar el mercado de la calle o Ágora, que corre junto a un bulevar comercial llamado 1866 en memoria de un levantamiento de Creta. El mercado de la calle sigue siendo un lugar para venir cada día y buscar desde calcetines, hierbas, pescado, joyerías, etc.

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