Cuando una alfombra es buena, la verdad que es toda una experiencia ir a ver una tienda de ellas y que te hagan una demostración.
Nosotros hemos ido a dos, una en Estambul en nuestra parada del crucero donde fuimos al Gran Bazar, y la otra en India
En India, en Jaipur, fuimos a una fábrica de alfombras donde nos explicaron cómo hacen los nudos manualmente, luego cortan el sobrante para posteriormente quemarlas. Las de seda tienen diferentes tonalidades dependiendo de cómo se coloquen.
En Turquia, te daban un té de manzana y te enseñan lo bueno de las alfombras turcas, como se tejen a mano, el que verla del derecho o al revés es diferente color por la orientación del pelo, vimos una “alfombra voladora”… Es comparable a la tienda de alfombras que vimos en India.
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