Peñaranda del Duero es un pequeño pueblo de menos de 500
habitantes que conserva un carácter medieval y antiguo, con casas de piedra.
Merece la pena callejear por sus calles, aunque lo mas bonito es ir a ver la
plaza Mayor y su castillo en lo alto de la colina.
Si vas en coche, lo ideal es parar fuera de las murallas del
pueblo, en la carretera que lo bordea, donde hay bastante espacio y que no se
paga.
Las tierras del pueblo fueron pobladas por arévacos y
vascones. En el siglo X es reconquistada a los musulmanes y su castillo hace de
frontera ya que ellos se quedan al otro lado del rio.
En el siglo XI se la cita como parte del distrito de Clunia.
Luego pasará a estar en el de San Esteban de Gormaz. Fueron señores de la villa
el infante don Pedro, hijo de Sancho IV, y su esposa para pasar durante el
reinado de Alfonso XI a manos de la Casa de Avellaneda. En el siglo XV se
casaron los Avellaneda con los López de Zuñiga, uniendo así dos linajes en un
tercero, ya que sus descendientes ostentaron el título de Duques de Peñaranda,
siendo el Ducado, como mucha gente sabrá por la serie de Bridgeton de Netflix,
el máximo título nobiliario que se puede tener aparte de los reyes.
El pueblo se encuentra rodeado por una muralla del siglo XV
de la que se conservan dos de las tres puertas que tenia. Si aparcas donde
indicado, entras por una de ellas llegando a la plaza central, llena de soportales
y edificios interesantes como el Palacio de los Condes de Miranda o Avellaneda
construido en el siglo XVI por encargo de Francisco de Zuñiga Avellaneda y Velasco,
tercer conde de Miranda del Castañar. La portada tiene el escudo de los Zuñiga.
Si se quiere visitar, es difícil porque no tiene un horario muy amplio. Fue
declarado Bien de Interés Cultural en 1931.
Justo enfrente del palacio en la plaza esta la Iglesia de
Santa Ana, ena excolegiata, comenzada en 1540, con portada barroca con tres
bustos romanos de Clunia.
Aunque lo más bonito de ver es el castillo. Nunca había visto
fotografías en ninguna red social de él, pero merece totalmente la visita, ya
que tiene partes visitables que merecen la pena y además es gratuito. Puedes ir
andando desde el pueblo con una pequeña subida incluida, ya que como todos los
castillos, está en una colina a modo de defensa, o puedes ir en coche con la
carretera que bordea el coche y llega a la puerta misma del castillo.
El castillo es original del siglo X, construido con motivo de la repoblación por Fernán Gonzalez y siendo el monumento que separaba cristianos de moros como comentaba antes. Estaba enfocado en la defensa con un puerto levadizo por el que entras dentro.
Una vez allí, puedes ver varios cubos que
son pequeños elementos arquitectónicos circulares que servían de defensa a
ciertas zonas de la muralla con varias arpilleras y troneras. También tenían lienzos
que no son los cuadros, sino trozos de muros entre dos torres de flaqueo que se
elevaban todo lo posible para que los asaltantes no tuvieran escaleras tan
altas como para flanquear los muros.
El castillo tiene forma irregular porque se hizo siguiendo
la forma del terreno. Como al palacio, fue declarado Bien de Interés cultural
en 1931.
Así que es un buen pueblo para hacer una visita, sin ningún
turista, ni masificaciones, pero donde ver arquitectura original y con un
pedacito de historia interesante que conocer, en especial en el castillo donde
todo esta bastante bien explicado. Eso si, hay que tener en cuenta que es
complicado comer algo en el pueblo ya que, como he dicho, no es muy turístico,
y aunque hay restaurantes, o estaban cerrados, o no daban comidas, o las daban
mas allá de als 14.30h. pero quitando ese detalle, la verdad que una buena
parada en un viaje a Burgos.
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