Cuando preparo un viaje a una zona, siempre veo cosas
originales que se puedan hacer y para mi, hacer cosas divertidas es un plus.
En el caso del Algarve descubrí un recorrido en jeep que me
llamo mucho la atención y fue todo un acierto. Duro todo el día prácticamente.
Lo bueno fue la aventura porque ya sólo ir en el vehículo
dando tumbos en los caminos de tierra era algo espectacular, dejándonos el guía
hasta ponernos de pie en algún tramo donde no pudiera vernos la policía que era
muy divertido porque las ramas entraban en el vehículo, muchísimas veces hasta
con fruta, y siempre que estuvieran por fuera de las verjas de la gente, podías
cogerla.
No era sólo el jeep, sino que el guía también nos iba
contando muchísimo de la región, aprendiendo por ejemplo que las casas aquí son
con tejado plano y con chimeneas con repujados bonitos que merece la pena ir
viendo por el camino. Como no nieva, no hace falta poner tejados en vertiente
como en otras zonas.
Es una zona verde, con muchísimos tipos de plantaciones y
arboles, destacando las naranjas.
La segunda fue en una granja donde explicaba cómo se hacia un aguardiente tipico de la región, que esta hecha con madroños. Son frutos de aspecto parecido a las fresas aunque no saben igual. Se necesitan de 7 a 10 kilos para hacer un litro del licor. Estos frutos le dan al aguardiente un aspecto rojizo y se recolectan en Octubre. Me lo dieron a probar y entre que no bebo y lo fuerte que era, casi me da algo, pero a la gente le gustaba y casi todos los compañeros de recorrido se llevaron una botella.
A continuacion, nuestro recorrido nos llevo al pueblo de Alte,
uno de los mas característicos de la región, donde pudimos ver las casas típicas
mas de cerca, tiendas de artesanía con cerámica de la zona, y probar dulces típicos
de Portugal.
Luego nos llevaron a un mirador, que tiene un columpio espectacular
y donde estuvimos un buen rato viendo las vistas y admirándolo. No se si es un
destino abierto al publico o no porque se pasa por un camino sin asfaltar
rodeando a los generadores de viento de la zona, aparte que la única forma de
ir es con un jeep si no quieres perder todas las partes de tu coche.
Hubo mas paradas, incluyendo el almuerzo y unas termas,
aunque de lo mejor fue la ultima, donde el guía nos conto como hacían el
corcho, que es un producto típico de Portugal. Cada 10 años cortan el corcho de
los troncos de los alcornoques y se marcan con un numero para saber cuando deberá
volver a cortarse. Aunque no estén señalizados, cada árbol tiene un dueño.
Portugal es el productor de mas de la mitad del corcho del mundo, seguido con
España, que cuenta con el 32% de los alcornoques de todo el mundo.
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