jueves, 15 de junio de 2017

Anécdota de viaje en Qatar


 

La siguiente anécdota nos paso a un compañero y a mí en Qatar, aunque la verdad con muchos que he hablado, les ha pasado en otros destinos. mira mi diario a oman

Esta no es una anécdota graciosa, aunque hoy en día ya la contamos riéndonos, pero en el momento nos dio un poco de miedillo.

La historia era que nosotros volvíamos desde Omán a Madrid, haciendo escala en Qatar para coger el avión al día siguiente. Nos montamos en el vuelo Oman-Qatar y al ir el avión medio vacío nos pusimos cada uno en una ventanilla por si acaso veíamos algo de Qatar desde las alturas, jejeje. Vemos que el avión enfila el aeropuerto, vamos viendo la costa, y vemos acercarse la pista, así que ya estábamos contentos de aterrizar cuando a escasos metros, y cuando digo escasos eran menos de 10 metros del suelo, de repente el avión sube precipitadamente hacia arriba con una inclinación bastante pronunciada.

Aquí mi compañero y yo estábamos ya casi sin respiración... Ni nos hablamos hasta que rápidamente se estabiliza el avión y vemos que en nuestra ventanilla empieza a aparecer todos los rascacielos de Doha, y que volábamos muy, pero que muy bajo...

Empezamos a hablar entre nosotros un poco nerviosos, porque no nos habían dicho nada, y tras los atentados de las torres en EEUU, la verdad que no nos quedábamos tranquilos sobrevolando un país árabe en un avión que no había aterrizado.

Después de unos 10 minutos súper intensos, de repente el comandante dice algo en árabe que no entendimos y por fin vino la explicación en ingles, que menos mal que repitió dos veces porque hubo más de uno alrededor nuestro que no le entendieron con los nervios.

Resultó que cuando iba a tomar tierra, vieron un avión en la pista que no debería estar allí así que para evitar un choque, el comandante decidió subir rápidamente.

Ya después de eso, nos tranquilizamos bastante y disfrutamos de nuestro "vuelo gratuito" por encima de Doha que era como ir en un helicóptero de lo bajito que íbamos pero con la seguridad de ir en un gran avión más estable. La pena fue que no teníamos la cámara a mano y que por aquel entonces los móviles no hacían buenas fotos, aunque no sé si hubiéramos sido capaces de hacer alguna foto, jejeje, pero fue bonito ver edificios como el museo de arte islámico o el skyline desde el aire.

Fue un buen susto que quedo en anécdota pero un mal trago mientras no sabíamos que pasaba.

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