Al pasar la Semana
Santa en Rumania , pudimos ver las tradiciones típicas ortodoxas de estas
fechas que no contaba el guía. Lo primero es que en todas las iglesias había
muchísimo gente confesándose,
preparándose para esos días, y como curioso es que en la confesión se
arrodillan delante del sacerdote y éste les pone un pañuelo blanco en la
cabeza.
El Viernes Santo, pasan por
debajo de una mesa colocada delante del iconostasio. Deben pasar a gatas tres veces y rodearla, en señal de reflexión.
El Sábado Santo por la noche, tienen la misa de la luz que
consiste en que a las 12 de la noche se apaga la luz, sale el clérigo del
iconostasio con una vela encendida, y todos los fieles van a encender sus velas
con ella.
Posteriormente se hace una
misa corta de una media hora bendiciendo a todos, y tras ello regresan a su
casa con las velas que deben llegar encendidas.
Por último, el Domingo de Resurrección se hace la tradición de los huevos que se
convirtió en el símbolo de la Resurrección por representar el sepulcro sellado
que se abre el domingo de resurrección. La gente se viste de fiesta, acuden a
misa y se celebra una comida familiar hecha con cordero. En esta comida, los
huevos se cuecen, se bendicen y pintan con colorantes para diferenciarlos de
los frescos, aspecto que viene desde la Edad media. La tradición dice que hay
que chocarlo diciendo "Cristo ha resucitado" mientras el otro dice
"verdaderamente ha resucitado". Quién rompe el huevo del otro se lo
queda y se lo tiene que comer por dar suerte. Decir que lo hicimos y que además
había muchísimos huevos en el buffet del desayuno del hotel para que los
cogieras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario