En Bélgica se
come estupendamente y tiene infinidad de platos típicos que hay que probar,
aparte de la grandísima variedad de cervezas del país.
En Bélgica no puedes dejar
de probar un gofre. Es una especie de galleta de origen belga que se cocina
entre dos planchas calientes y tiene forma de rejilla. Es muy común comerlo con
algo por encima, ya sea azúcar, chocolate caliente , fruta o nata. El origen de
este dulce está en la Edad Media, donde los hacían poniendo la masa entre dos
plazas de metal (waffer) pesadas conectadas con anillos y portables con
tablones de madera. Algunas de estas gofreras tenian grabadas en las plazas los
diseños del propietario, sus blasones o paisajes, en lugar de la rejilla
actual. Los gofres belgas se preparan a base de una masa de levadura, a menudo
aligerada con clara de huevo batido, con el objeto de no solo aligerar sino que
quede una textura crujiente al final.
Con respecto a la comida,
debes probar el waterzooi que es una
sopa cremosa típica de Gante con zanahorias, puerros, patatas, nata,
mantequilla y huevo en la que añaden pollo o pescado
Y el Carbonade
flamande que era una carne estofada con salsa de cerveza riquísima.
De todas forma, uno de los
puntos fuertes de Bélgica y que debes probar si o si son los mejillones con
patatas. Los encontraras en casi todos lados, algunos de menú, otros a unos
20-30 euros la ración, y con diversos condimentos, siendo de los mejores el
vino. El mejor sitio está en la Rue de Bouchers y se llama Aux Armes de
Bruxeles.
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