martes, 19 de abril de 2016

Experiencia única: Subir en elefante

Aunque he comentado en varios tips esto, incluso incluyéndolo como una de las 7 mejores actividades que puedes hacer raras al viajar por el mundo, merece la pena hacer un pequeño tip de esto especifico, para indicar la experiencia de montar en uno de los mayores mamíferos del mundo.

Para mi es algo que debes hacer una vez en la vida, y ya entonces decidir si vuelves a hacerlo o no. Yo lo he hecho dos veces, una en India (viaje india) y otra en Bali (viaje bali), cada vez de una forma diferente y no se con cual me quedaría, lo que sí que tengo claro es que espero volver a montar una tercera vez en algún otro país asiático.

En India fue la primera vez que monté y fue para subir al fuerte de Amber, en el norte de India. Allí los elefantes son mantenidos justo por motivos turísticos, de forma que con lo que cobran por subir a la gente hasta el fuerte, pagan el alimento que consumen cada día. Asimismo, está totalmente regulado el esfuerzo que puede hacer el animal, haciendo sólo tres ascensiones al día, y a primera hora, con el fin de no soportar un calor agobiante.




Aquí montas de lado. Te subes a una plataforma y te sientas mirando el paisaje, teniendo que agarrarte con la mano ya que no tienes respaldo. Mientras, los elefantes van trepando la cuesta, siendo muy gracioso como tienen que esperar ya que no caben dos en la mayoría de las puertas por las que pasas. Da menos sensación de vértigo, aunque vas altísimo, porque vas de lado y no vas viendo el suelo, lo único malo es la tensión de sujetarte y acordarte que no puedes reclinarte para no caer.





Por el camino, hay muchísimos fotógrafos que no pararan de hacerte fotos subidas a los elefantes, que luego revelan mientras que visitas el fuerte para intentar vendértelas cuando sales. No os preocupéis, os buscan ellos. Es un buen recuerdo y si regateas bien, te lo puedes llevar a un precio irrisorio, quedando así inmortalizado el momento en que subiste al paquidermo.

El otro sitio donde también monte en elefante es Bali. Aquí fue totalmente diferente, ya que cada uno montaba en banquito que iba a ambos lados de la cabeza del elefante. Independientemente de quien pesa más, la sensación que teníamos cada uno es de que nos íbamos moviendo cada vez más y más y que nos íbamos a caer por nuestro lado. Esto se debe a cómo esta  sujetas las sillas al elefante. La sensación es de más alto, ya que vas viendo la cabeza del elefante, el suelo delante de ti y cuelgas de uno de los lados, pero aun así, es muy entretenido y único.







En el caso de Bali tenia además un atractivo adicional y es que al final del paseo el elefante se daba un baño. Nosotros nos asustamos un poco de eso pero al ver a los que iban delante nuestro dijimos, no pasa nada… se mete un poquillo y se mojan la mitad de las piernas…Pero cuando le llegó el turno a nuestra elefanta, llamada Daisy, vemos que empieza a avanzar y avanzar hacia dentro, que el agua iba alcanzando la cesta…de forma que se tapó hasta los ojos. Que miedito¡¡ Pensábamos que nos caíamos ya al lago¡¡¡¡ Pero todo quedo en anécdota, nuestra elefanta nos empapo un poco con la trompa que fue muy divertido, y salimos a terminar el paseo y descender de nuestros asientos.


Consejo final: Si os gusta experimentar cosas un poco raras en los viajes, sin duda que es único el que os subáis a un elefante y hagáis un pequeño recorrido. No suele ser muy largo y tendréis una gran anécdota que contar a vuestros amigos :)  

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