domingo, 6 de marzo de 2016

Experiencia única en Kenia: Visitar a los Samburu y a los Masais

En Kenia (Viaje a Kenia), visitamos dos poblados, los samburu y los masais, que están emparentados , aunque los primeros están menso abiertos al turismo. Costó más que nos dejaran visitar le pueblo, aparte que están al lado del Parque samburu, al que no va mucha gente. Tienen a simple vista diferenticas. Los masais se caracterizan por llevar ropas más uniformes, sobre todo los guerreros, y tener casas menos luminosas y duraderas, mientras que los samburu lucen ropa más vistosa y complementos mucho más voluminosos y espectaculares y su pueblo es mucho más grande, con casas de dimensiones mayores, etc.

Los Samburu, también llamados Loibor Kineji, es el pueblo de las cabras blancas. Son pastores seminomadas que se mueven con sus ganados de vacas, cabras y ovejas, creando cada vez pequeñas aldeas. Tiene forma circular, teniendo fuera una protección, colocando las casas en el círculo exterior y dejando al ganado en el interior.



Su estructura social se basa en los Ilayoik (chicos sin circuncidar que cuidan el ganado), los Ilmoran (guerreros circuncidados que defienden el clan) y los Ilpayiani (ancianos encargados de la administración y jurisdicción). Esto hace que los ancianos, que se supone que heredan sabiduría de sus antepasados, presiden las comunidades y sus decisiones son respetados por todos. Por ello, al llegar, nuestro guía tuvo que pedir permiso al jefe de la tribu para que nos dejara entrar, pagando antes una pequeña aportación. Tras eso, los samburus nos recibieron con bailes, dando saltos, pero a poca altura, con las chicas cantando sin parar. Al poco rato, nos cogieron y nos llegaron a las chicas con ellas a bailar también, poniéndonos collares súper vistosos, que vergüenza¡¡¡







Después recorrimos el pueblo. Lo primero fue entrar en una casa, manyatas. Son pequeñas por el estilo nómada y mucho más luminosas que las de los masai. Suelen estar hechas de excrementos de animales, barro, madera y paja en el techo. Tiene una pequeña zona para la cocina y una piel de animal donde duermen. Suelen vivir en cada casa 5-6 personas entre niños y adultos. En total eran unas 20 familias en el pueblo.

Su lengua es el kisamburu, aunque muchos hablan inglés. Son muy religiosos y tienen presentes un Dios, Nkai, que identifican con las grandes montañas, enterrando por ello a sus ancianos mirando hacia ellas. Es curioso comparar que en Bali también era lo más sagrados los volcanes y las montañas, curioso¡¡¡

Su alimentación es una mezcla de leche y sangre de vaca fermentada en calabaza, en ocasiones endulzada con miel. Rara vez cazan y sólo comen carne en ocasiones especiales.

Los Samburu habitan los alrededores del Monte Kenia y visten de vivos colores. Las mujeres llevan kangas. Asimismo, lucen abundantes collares, brazaletes y pulseras. Los collares los reciben de sus admiradores, y cuando una chica tiene suficientes como para sujetarle la barbilla, se considera que ha alcanzado la edad de casarse, que suele ser a los 15-16 años. Las casadas llevan una fina cruz metálica en las bandas del pelo. Los collares son de cuentas que son símbolo de belleza, edad, matrimonio y estatus. Su uso se remonta a 1850 cuando los árabes importaron diminutas cuentas de cristal a la costa del este africano. Suelen preferir el rojo por fuerza, azul por cielo, banco por leche y verde por hierba. A veces también los regalan a los guerreros, que llevan uno por cada esposa que tienen.




Nos enseñaron como hacían fuego colocando un palo con marcos mientras que frotan otro. Suelen hacer uno grande en el pueblo y la gente va a buscarlo para llevárselo a sus viviendas.
A continuación vimos a los niños del pueblo, menores de ocho años que no van a la escuela porque está a 9 km. Por ello la maestra les enseña hasta que tienen esa edad. Nos contaron unas canciones y nos pidieron una “donación” para pagarles los uniformes a los mayores. Luego vas a una zona donde te venden collares, pulseras, a precios bastante altos, aunque sabes que lo que pagues se reparte entre todo el pueblo.





Otro día fuimos a ver a los masais. Son el arquetipo de pastores de África. Nada más llegar nos invitaron a unos bailes, tras lo cual comenzaron los saltos. Para ello nos iban poniendo una cabeza de león en la cabeza y te daban una maza de madera labrada. Todos los guerreros van con su shuka rojo tipo toga, alrededor de la cintura y sobre un hombro. Es rojo para verse a distancia y porque los animales temen el color. A veces se ponen el pelo color ocre y llevan unas sandalias hechas a veces de neumáticos que les protegen los pies de las espinas. Los bailes eran rítmicos y acompasados e impresionaba lo altísimo que saltaban. Tienen competiciones para ver quien llega más alto. Al final nos enseñaron el cuerno retorcido de una gran kudu, un antílope muy escaso en Kenia con el que convocan las ceremonias oficiales.



Todos los jóvenes deben iniciarse con la circuncisión para ser Ilmoran, un ritual que se hace sin anestesia. Si se quejan, la ceremonia se suspende y el muchacho se rechaza durante varios años. La ceremonia es tan importante que vienen parientes lejanos para verlos y asistir al Eunoto, dando regalos.






Las mujeres masais también nos deleitaron con otro baile, bastante sencillo, que movían los brazos arriba y abajo, terminando en una fila donde nos chocaron todas las manos. En estos bailes vimos los trajes típicos, tan coloridos, junto con sus collares de cuentas. Las mujeres masais se encargan de fabricar las casas, de forma que cuando los hombres se mueven con el ganado, prefieren dormir al cielo raso antes que hacer una vivienda. Asimismo, se encargan de cocinar, estando su dieta basada en las proteínas de la vaca y el resto del ganado. Suelen comer muchas gachas de maíz.







Como los samburus, viven en pequeños núcleos familiares en casas llamadas manyattas. Igual que ellos, colocan las casas fuera, dejando dentro los cercados de animales. Las casas son más pequeñas y con menos luz, para evitar que entren los mosquitos ya que temen la malaria. Son polígamos, así que un señor puede tener tantas esposas como su situación le permita y quieren tener el mayor número de hijos posible. Siendo Ilmoran no se les está permitido casarse o fundar su propia casa hasta que son jóvenes ancianos, de 30 a 35 años, mientras que las mujeres se casan muy jóvenes. La riqueza familiar depende del número de hijos que se tenga y las cabezas de ganado propias, siendo muy respetable 50 y muchos hijos.





Los masais deben al menos hacerse una de estas cosas: quitarse los dos incisivos inferiores, hacerse los agujeros de las orejas grandes (lo más habitual), hacerse marcas en los brazos o seccionarse algún dedo.


Creen en un único dios llamado Engai, el cual posee una naturaleza dual con el benevolente, Dios negro, y el vengativo, Dios Rojo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario