Nuestro
primer destino en el viaje a Inglaterra fue Salisbury, que a mí me recodaba a
la marca de chocolates y me hacía gracia por ello, además que he leído muchos
libros donde aparecía la ciudad, y la verdad que me sorprendió muchísimo. Fue
una parada con muchísimo encanto, con una ciudad que se puede visitar muy bien
a pie y de una belleza innegable. Lo más famoso es sin lugar a dudas, la
catedral, pero el resto del pueblo merece también una visita. Mira mi diario Viaje sur inglaterra con niños para mas detalles
Para
empezar a verla, decidimos ir por la calle principal del hotel dirección a la
catedral, y la verdad que no parábamos de hacer fotografías a los edificios,
con sus vigas dobladas por el paso de los años, el entramado blanco y negro,
detalles ingleses como el perro con el cinturón al cuello de adorno, muchas
flores por todos sitios, etc.
Pasamos una de las puertas de la muralla, que me recordó
a “Los Pilares de la Tierra” donde
el protagonista llegaba a la ciudad amurallada de Salisbury por la catedral, un
libro que refleja muy bien el carácter de la ciudad, medieval, con mercados,
donde te puedes imaginar fácilmente a la gente que construyó la catedral, a la
gente deambulando por sus calles, las casas, etc.
La catedral es realmente imponente, además que ostenta el título de ser la más alta de toda
Inglaterra con sus 123 metros y tiene un estilo gótico temprano inglés. Su
construcción empezó en el siglo XIII cuando trasladaron el obispado desde Old
Sarum, terminándose en el siglo siguiente. En el 2008 celebro su 750
aniversario desde su consagración. La nueva catedral fue pagada por donaciones,
donde les hacían dar una suma anual hasta que se completó. Una leyenda dice que
el Obispo de Old Sarum tiro una flecha en la dirección donde se debía construir
la catedral pero que la flecha dio a un ciervo que murió en el lugar donde se
levantó esta catedral.
Lo
más característico es la gran fachada recargada que tiene, el poder ver en su
interior uno de los cuatro originales de la Carta Magna o las tumbas de los
obispos de Salisbury, y, sobre todo su aguja. Arquitectónicamente ha dado
siempre muchos problemas ya que añadió muchísimo peso al edificio y ha causado
problemas, de forma que se está inclinando un poco. Por ello, se han ido
añadiendo contrapesos para evitar derrumbes. Nos sorprendió su altura ya que la
puedes ver desde varios kilómetros a la redonda por las carreteras.
También
posee un reloj del siglo XIV que es el más viejo que funciona en el mundo de
dicha época. Estaba originalmente en la torre de la campana que fue demolida en
el siglo XVIII. Luego se puso en la torre de la catedral hasta 1884, donde se
almacenó y se olvidó hasta 1929.
Se
puede entrar al interior. En teoría es gratuito, aunque te ponen que des una
donación de 7 libras cada adulto. La verdad que nos pareció excesivo y no somos
de visitar mucho catedrales, con lo que vimos el claustro y por fuera y
seguimos recorriendo el pueblo.
El pueblo era precioso, con muchas casas de entramados, calles grandes preciosas, enormes parques
llenos de árboles y sauces, canales, y muchas tiendas. Incluso vimos una que
tenía el cartel al revés que nos hizo muchísima gracia.
Sin
duda, una ciudad que visitar si decides ir a Stonehedge, ya que merece
totalmente la pena y representa muy bien los pueblos del Sur de Inglaterra. Mira el tip visitando stoneghedge
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