lunes, 25 de julio de 2016

Subir a un molino


Cuando comencé a preparar nuestro viaje por carretera a Bélgica y Holanda (viaje belgica y holanda), quise hacer algo original, así que buscamos para dormir en un molino y había justo uno que no nos pillaba muy lejos, aunque pronto desapareció y decía que no estaba disponible.

Como nos quedamos sin opción de dormir allí, al menos queríamos estar dentro de uno, así que investigamos y vimos que en Zaanse Schans era factible subir a uno, aunque en varios foros indicaban que no siempre estaban abiertos al público.

Se puede subir a uno llamado  “The Cat”, aunque debéis mirar en internet bien los horarios ya que no está todo el día abierto y cierra prontito, nosotros llegamos ya casi cuando iban a cerrarlo por fuera.







Dentro, puedes ver las diferentes plantas que tiene el molino, de forma que empiezas por la planta baja, llena de maquinaría, bolsas de material,  etc.


Luego subes por unas escaleras estrechas y muy empinadas, no aptas si tienes problemas de movilidad, prácticamente verticales, donde subes al nivel superior, desde donde ves la maquinaria interior, los colores que genera el molino, etc.

Si sigues subiendo un poco más, llegas al exterior del molino, desde donde ves las aspas, que fue lo que más me llamaba la atención y puedes recorrer la mitad de la terraza, teniendo en cuenta que las maderas no están juntas, así que da un poco de sensación de vértigo.


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