Uno de los pueblos mas visitados de Baivera es Rothenburg ob der tauber.
El pueblo en si es bonito,
pero hay tantoooooo turista, que le quita muchísimo encanto. El pueblo tiene un casco histórico
medieval muy bien conservado aunque tuvo que ser reconstruido en parte tras los
bombardeos de la segunda Guerra mundial.
Lo primero que ver según
entras al pueblo son las murallas, a las que se puede subir a 9m de altura y
recorrerlas, lo que hicimos la primera vez que visitamos el pueblo. Es gratuito, circular y tiene 42
torres. Destaca por dentro el terreno y el tejado irregular y piedras con gente
de todos lados, en especial chinos.
Esta vez entramos por otro
lado, llegando justo enfrente del Ayuntamiento. En la plaza además de este
edificio, pudimos ver el reloj, que además nos toco en funcionamiento, viendo
como asomaban figuras a las ventanas de los lados a la hora en punto. Aquí
también comimos en un restaurante llamado Ratsstube, que tenia incluso un menú
de niños, precios asequibles y buena calidad a pesar de estar tan bien ubicado
y con tanto turista. Nos sentamos en la terraza, viendo las mareas de gente
pasar y tenia gracia que estaba totalmente en desnivel pero no se nos cayo
nada. Aquí, a la contra de otros lugares, permitían el pago con tarjeta en
lugar de efectivo… el punto bueno de tanto turista 😉
Si hubiéramos seguido por la
misma acera del restaurante, hubiéramos llegado a la esquina
Plonlein, pero había tanta gente, en cuesta, que no creímos que merecería la
pena esta vez porque no nos entusiasmo la primera vez.
Aunque lo mejor sin duda es
la tienda de navidad de Kathe Wolfhart. Justo en la entrada tiene un
cascanueces gigante para hacerse una foto, como en muchos otros lugares como
Nuremberg o Berlín, y un camión lleno de regalos. Dentro, la tienda es
realmente única. No se pueden hacer fotos, pero no hay quien se resista ya que
esta hecho como un autentico pueblo navideño, con un gigante árbol en el centro
y todo adornado con casetitas alrededor.
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