jueves, 14 de febrero de 2019

Visita campo concentración Dachau




En mi ultimo viaje a Baviera tuve una de las experiencias viajeras mas duras de mi vida, visitar un campo de concentración. Lo incluí al principio en el itinerario, luego lo quite ya que al ser navidad y tener mercadillos navideños no pegaba mucho, pero finalmente cuadro el ir a verlo ya que esta muy cerca de Múnich y a pocos minutos del aeropuerto, así que con coche llegas enseguida y de allí al aeropuerto estas en 20minutos.

Al llegar hay dos parkings, uno gigante a la entrada para autobuses (aunque no estaba señalizado ya que estaban de obras) y otro para coches. Aparque en el de autobuses y no pague nada ya que no había nadie vigilando, ni máquinas, ni nada…

La verdad que no había buscado mucha información con lo que estaba bastante perdida. De esa forma, seguí a la gente y vi un edificio, así que entré a preguntar. En información me dieron un plano gratis y nada más, con lo que empecé a pensar que me había confundido de sitio. De ese centro de visitantes, salen muchas visitas organizadas en varios idiomas si quieres cogerlas, a  precios muy bajos, 2 o 3 euros dependiendo del idioma. También puedes contratar una audio guía por menos de 4 euros.

Al salir yo no veía nada parecido a un campo de concentración, lo cual unido a que no había pagado entrada, me hacia seguir pensando que no estaba en el sitio correcto, ya que al otro lado de la carretera había unas grandes chimeneas y pensaba que era allí. Aun así, decidí seguir a la gente nuevamente, que iban por un camino lleno de fotografías con explicaciones, donde te iban dando detalles del campo.

Pensé que la visita era eso, hasta que llegué a los restos de la vía del tren. Aquí ya empiezas a darte cuenta de que si, que estas en el sitio correcto, desgraciadamente. Hoy en día no queda mucho de las vías, pero se ven trozos y un pequeño anden, aunque las fotos que acompañan todo el campo son tan explícitas, así como las explicaciones, que te imaginas totalmente como fue antaño.

Justo al lado de las vías, las famosas puertas que dan acceso al campo con la frase más fotografiada de todos los campos, "Arbeit macht frei'" (el trabajo te hace libre) (la gente llegaba a esperar que no pasara nadie, para cerrar la puerta y hacerle fotos…), y de ahí, empiezas a sumergirte en la barbarie humana. Tengo que decir que al menos las fotos no eran tan duras como podría haber esperado, ya que en general las personas no estaban desnutridas, ni haciendo muchos trabajos forzosos, y demás, aunque las explicaciones sí que son más duras de leer, aunque alguna hay, en especial en la zona de las alambradas o en los crematorios.

Si ponemos algún dato técnico que puedes encontrar tanto en internet como en los carteles informativos del campo, fue construido sobre una fábrica de municiones en desuso y se uso desde marzo de 1933 al 29 de abril de 1945, 12 años¡¡¡ En 1936 se hizo una nueva puerta de entrada y en 1937-1938 los prisioneros tuvieron que demoler el antiguo centro y construir uno nuevo.

Fue el primer campo nazi abierto y estaba destinado a presos políticos, de forma que al principio no llevaban uniformes, no les rapaban el pelo ni nada, aunque pronto cambiaron el concepto y las condiciones de los prisioneros... La organización básica, así como los planes de construcción fueron desarrollados por Theodor Eicke (comandante ruso), y fueron aplicados para todos los campos posteriores. Eicke se convirtió posteriormente en inspector jefe de todos los campos de concentración, responsable de moldear los otros de acuerdo con su modelo. Según indican en la Wikipedia, fue escenario de castigos tremendamente crueles, sobre todo en la etapa en que lo gobernaban la SS,  y el modelo a imitar por otros campos por ser bastante ordenado y eficaz. Según pude oír a una guía, les ponían a trabajar a destajo, llevando carretillas de tierra sin parar, llegando al punto de tener que seguir transportando las carretillas incluso cuando ya no había tierra ni nada que trasladar, para que no pararan y terminaran exhaustos.  En total, más de 200.000 prisioneros de más de 30 países pasaron por el campo, donde a partir de 1941 comenzaron los exterminios, llegándose a asesinar más de 40000 personas.

Dentro, puedes visitar la cárcel, donde algunas celdas están abiertas y puedes meterte dentro, lo cual impresiona, pero mas aun cuando lees que muchas de estas celdas se reducían a la mitad de espacio poniendo un falso techo para que los presos no pudieran tumbarse ni estar de pie. También había datos de experimentos médicos en la zona de los interrogatorios de la Gestapo y la enfermería, donde explicaban bastante de pruebas de supervivencia realizadas para que los pilotos pudieran aguantar más en el aire en condiciones extremas, en el mar si caían en el agua congelada, pruebas con malaria, siendo el primer campo donde se hicieron experimentos con prisioneros.

Al lado varios pabellones donde dormían los prisioneros. Han dejado pocos, y muchos los han convertido en una especie de centro de exhibiciones con detalles como insignias de los nazis, fichas técnicas de los prisioneros, fotografías, y luego algún barracón se conserva con las camas y literas que tenían.

Luego hay una gran explanada “the camp road” con las zapatas y números que ves que era el sitio donde estaban los barracones en esa época (32 para ser exactos según indican los datos en internet, 34 en total considerando prisión y el bunker). Al ir por esa avenida que es el único lugar donde los prisioneros podían medianamente descansar o hablar con otros prisioneros, te das cuenta de las terribles condiciones, ya que el viento y el frio eran insufribles en ese punto, al estar totalmente al descubierto, con lo que piensas en la cantidad de enfermedades que pudieron coger y transmitirse en esas condiciones. Había una losa llamada la “roll call ground”, donde tenían que estar parados por la mañana y por la noche, para recibir motivación, independientemente de las condiciones climatológicas que hubiera. La tortura era peor según indicaba un cartel, en caso de que no cuadraran los datos con los prisioneros que contaban, o bien por intento de huida o bien por enfermedades, etc, ya que entonces la tortura se alargaba por horas, llegando muchos prisioneros a fallecer en las esperas.

Al final del campo, varias capillas que no se si existieron en otra época o son modernas, de todas las religiones. Según indican los datos, el campo acogió no solo judíos, sino también religiosos cristianos (cerca de 3000), como Testigos de Jehová, quienes fueron la única confesión religiosa a la que se le asignó un distintivo específico (el triángulo púrpura) en sus uniformes, por oponerse hasta las últimas consecuencias a la ideología nazi. Y a la izquierda, tras una doble alambrada de pinchos que rodea todo el campo, cruzando un puente que pasaba a través del campamento de la SS, la parte peor de la visita y donde estuve muy poco rato, las cámaras de gas y hornos de cremación que se construyeron en 1940. Gracias a dios, la cámara de gas no estaba casi señalizada y la vi de soslayo ya al salir de ella (afirman que no se uso), y los hornos, aunque vayas preparado a lo que vas a ver, impresionan demasiado…

Desde luego, no es una visita para niños (de hecho incluso no recomiendan la visita para menores de 12 años en el cartel), no se puede ir ni con carritos ni sillas de ruedas porque la zona sin asfaltar, y no sé yo si diría que es algo que hay que ver una vez en la vida… Yo con un campo, he tenido mas que suficiente y no es algo que vaya a repetir adrede, y mejor en mi caso ir sin guía, ya que con uno que te explique todos los detalles, creo que hubiera sufrido mucho más…


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