Una de las cosas que descubrí cuando visité la Toscana ( toscana) en un
gran viaje en coche desde España, es que existe una especie de Camino de
Santiago italiano, llamado la Vía Francigena.
Al igual que el Camino español, este recorrido tiene
numerosos albergues para peregrinos pro todo el trayecto, como el que vimos en
Monteriggioni, donde podías ver los batones y las botas de los peregrinos
fuera. La verdad que para los devotos y grandes senderistas, es una opción
preciosa de recorrer Italia. Como el español, se recorre andando o en
bicicleta.
Estando allí nos explicaron que conectaba el norte de Italia
con Roma, ciudad santa por antonomasia, pero luego investigando con más
detalle, descubrí que en verdad atraviesa toda Europa, ya que va desde
Canterbury, al sur de Inglaterra, hasta la plaza de San Pedro, en el Vaticano,
de forma que así se entiende el nombre que se puede traducir por " sendero
que viene de Francia".
Era una ruta muy usada en la antigüedad, sobre todo en la
Edad Media, donde ya se indicaba que "todos los caminos conducen a
Roma", ya que era el punto neurálgico de varias rutas que iban uniéndose
en esta para terminar en la capital del imperio romano. Son más de 2000 km en
total.
Esta señalizada con carteles en amarillo, color del
Vaticano, aunque hoy en día alguno ya esta descolorido. No esta tan bien
marcada como el Camino de Santiago, pero se ven varias señales en muchos
tramos. En ellas, aparte del color, se ve un peregrino con bastón, zurrón y un
gorro.
Según la wikipedia, el Consejo de Europa la reconoció en 1994 como Itinerario Cultural Europeo y
posteriormente —en 2004— la incluyó entre los nueve Grandes Itinerarios Culturales Europeos que hoy en día cuentan con esa
distinción. Con todo, el estado actual de la Vía Francígena difiere
sustancialmente entre los varios países que recorre y se da una clara
contraposición entre las partes italiana y francesa. La primera está muy bien
marcada, con buena infraestructura de alojamiento y disponibilidad gratuita de
guías bien diseñadas; la segunda, en cambio, carece de una completa
señalización, el alojamiento para peregrinos es escaso y las guías no son tan
abundantes y detalladas como para Italia. Atraviesa ciudades notables para la
cristiandad como Canterbury, Reims, Besanzón, San Mauricio, Pavía, Siena o
Viterbo y utiliza puntos estratégicos para salvar accidentes geográficos como
montañas y ríos. Atraviesa tres cadenas montañosas
y pasa por 13 regiones actuales situadas en cuatro países europeos . Su largo trayecto está
jalonado con abundantes monumentos y entornos geográficos de notable belleza,
algunos de ellos catalogados como Patrimonio de la Humanidad. También se
sitúan en su recorrido un buen número de tumbas de santos, las cuales, han sido
en sí mismas destinos de peregrinación, carácter que mantienen actualmente
algunas de ellas.
Como curiosidad, te puedes unir desde España haciendo el
Camino Jacobeo y uniéndote ya en Italia. Se tarda más de 4 meses en recorrer
entero, pero desde el norte o centro de Italia a Roma puede ser un recorrido
bastante interesante teniendo en cuenta que atraviesas la Toscana.
Como recomendación si la queréis hacer ver la pagina web https://francigenavia.wordpress.com/la-ruta-de-la-via-francigena/,
donde están todas las etapas explicadas con gran detalle en español.
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