Ya sea por un crucero por el danubio como si la recorres en coche, es imprescindible conocer la región de Wachau que es un valle austriaco con un paisaje de alta visibilidad formado por el río Danubio.
Es uno de los destinos turísticos más destacados de la Baja Austria, ubicado precisamente entre las ciudades de Melk y Krems. Tiene 37 kilómetros de largo y ya estaba habitada en la época prehistórica por lo que adquiere un relevante valor como comarca histórica, por sus variados paisajes, por sus monumentos culturales y por su conjunto de pequeñas ciudades. Toda la zona es también Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000. Aquí todo se complementa, desde los paisajes naturales, los bosques de ribera, las abruptas formaciones rocosas, con los elementos construidos por la mano del hombre como las terrazas para el cultivo de la vid, las localidades típicas, los monasterios, los castillos...
Es uno de los destinos turísticos más destacados de la Baja Austria, ubicado precisamente entre las ciudades de Melk y Krems. Tiene 37 kilómetros de largo y ya estaba habitada en la época prehistórica por lo que adquiere un relevante valor como comarca histórica, por sus variados paisajes, por sus monumentos culturales y por su conjunto de pequeñas ciudades. Toda la zona es también Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000. Aquí todo se complementa, desde los paisajes naturales, los bosques de ribera, las abruptas formaciones rocosas, con los elementos construidos por la mano del hombre como las terrazas para el cultivo de la vid, las localidades típicas, los monasterios, los castillos...
La comarca de Wachau fue colonizada hace varios milenios a causa de su ubicación. La célebre estatua de la "Venus de Willendorf" fue encontrada aquí y tiene más de 2600 años de antigüedad, cada una de las épocas pasadas desde tiempos de los romanos ha dejado tras de sí una rica herencia arquitectónica.
Pudimos ver multitud de puntos característicos como las ruinas de Aggstein, dürnstein, melk, etc. Se apreciaba desde el barco por ejemplo un convento del año 1666 y construido como copia de la capilla del santo sepulcro en Jerusalén. Hoy en día es una iglesia parroquial que pertenece a los servidores de malta, orden fundada en Venecia en el siglo XIII.
O la iglesia del siglo X con una leyenda ya que afirman que las 7 ventanas son por 7 conejitos que se quedaron encerrados durante un invierno en la iglesia pero que luego permanecieron ahí. Asimismo, se puede ver los restos del muro que se intentó construir a través del Danubio.
O el Castillo de Aggstein, que se encuentra a 350metros de altura. Es originario del siglo XIII. Posteriormente fue abandonado y se convirtió en un nido de ladrones, ya que ahí se estableció una familia que comenzó a pedir un diezmo a los barcos que pasaban por esa zona. Después fue aumentando el nivel y llegaron hasta poner cadenas en el rio que hacían que los barcos pararan y entonces los saqueaban. Al final la situación paro cuando enviaron un barco entero lleno de soldados y los ladrones creían que llevaba oro.
La verdad que este trayecto en barco es el momento estrella del crucero junto con la entrada en Budapest, así que lo mejor es subir a cubierta, sentarse tranquilamente en una tumbona y disfrutar de las vistas y de las indicaciones que van dando por los altavoces del barco. Si vas en coche, disponte a recorrer un buen trayecto, ya que son todo colinas y pueblso aislados, pero seguro que merece tanto la pena como el trayecto en barco.
Otra cosa por la que es muy conocida la región son sus vides. Adquirieron gran importancia con el emperador José II que en el año 1784 formulo un decreto que permitía a los propietarios de las viñas hacer sus propios vinos en sus casas, lo que ayudo a la proliferación de tabernas y así empezaron a adquirir un gran renombre. Las vides las cultivan en forma de terrazas y en alto, protegiéndolas con pequeños muros de piedra. Esta zona tiene 1400 hectáreas de viñedos. Junto con las vides, también plantan árboles frutales, sobre todo albaricoques.
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