Roma (viaje roma) es una de las ciudades con más Iglesias que
conozco. Y no sólo es que haya cantidad, que la hay, sino que encima tienen gran
calidad, y es una delicia entrar dentro de cada una de las que vas viendo. Es
parecido como ir a Kyoto y ver templos, ya que hay tantísimos que tienes que
elegir a cuál ir.
Aquí recojo las que visitamos nosotros en nuestro viaje,
que no quiere decir que no haya otras igual de espectaculares en la ciudad,
pero no puedes visitarlas todas.
La
iglesia más relevante es, sin duda alguna, San
Pedro, donde puedes subir a la
cúpula, usando primero el ascensor, en el que subes como 2-3 minutos, y
luego subiendo ya los 250 escalones, cada vez más empinados y estrechos con la
pared muy cerca en varias ocasiones. Desde arriba, las vistas de la plaza son
muy bonitas, aunque deberían poder recorrerla entera y no sólo un trocito
pequeño. El interior también merece la visita. Es el mayor espacio del mundo,
2,3 hectáreas. En la tradición católica, es donde está enterrado san Pedro, uno
de los doce apóstoles de Jesús, primer obispo de Antioquia, primer obispo de
Roma, el primer Papa. Algunas teorías dicen que su tumba esta justo debajo del
altar mayor. Bernini se ocupó en gran medida de la decoración interior del
templo. Su obra más destacada es el baldaquín de bronce macizo sobre el altar
mayor de la basílica. Destaca dentro la Piedad de Miguel Ángel, la tumba de
Juan Pablo II, la cripta de los papas, los confesionarios con el idioma del
cura que hay dentro, etc.
También encontraras en la Plaza de Popolo la Iglesia de
Santa Maria del Popolo que se construyó
sobre un antiguo convento del 1099. Es una de las primeras iglesias
renacentistas de Roma. Empezó siendo una pequeña capilla que se fue haciendo
más grande a raíz de la liberación del santo Sepulcro en 1099. Las obras fueron
costeadas por el pueblo romano, de ahí el nombre que tuvo. Varios papas fueron
proponiendo ampliaciones como el Papa Gregorio IX o el Papa Sixto IV. Como en
toda la plaza, Bernini terminó de modernizar la fachada de la iglesia. En 1513
Rafael creó la capilla Chigi donde mezclaba lo sagrado con lo profano, con
tumbas piramidales, y fue terminada por Bernini, que es a la que hacen mención
en la película de Ángeles y Demonios.
En la Via Corso y la Via Babuino hacia Plaza España, hay dos iglesias que vimos por el
camino que no nos esperábamos que fueran tan bonitas por dentro. La primera fue
la Iglesia Jesús y Maria del Corso
que pertenece a los padres agustinos descalzos. La fachada es de 1674 de
Rainaldi y muy sencilla. Dentro por el contrario, hay gran cantidad de
esculturas y mucha decoración de mármol. La iglesia fue consagrada en 1675.
Muy
cerquita esta la Iglesia San Jacobo en
Augusta que fue originariamente la iglesia del hospital adyacente. Tiene
una forma rara, ya que la planta es circular y tiene una hermosa bóveda con un
fresco de finales del siglo XIX.
En Plaza España,
arriba de la escalinata esta la Iglesia Trinita dei Monti que fue empezada a construirse en el siglo XVI en estilo
gótico. Delante de la iglesia, a finales del siglo XVIII, el Papa Pio VI erigió
el Obelisco Salustiano
Puedes
ver la Iglesia de Santa Maria in
Cosmedin, bella en griego. Fue decorada por monjes griegos que escapaban de
las persecuciones iconoclastas en el año 782. Aparece en el libro de Matilde
Asensi “El último catón” como prueba iniciática en las catacumbas de la
iglesia. El campanario es el más alto de la Edad Media en Roma. Es muy famosa
ya que en su entrada cuenta con la Boca de la Verdad, que era una antigua
mascara de mármol del siglo I que representa un rostro masculino con barba y
que se piensa que en la antigüedad podía ser una tapa de cloaca. Goza de una
gran fama legendaria, pensándose que se menciona en escritos desde el siglo XI.
Sale muchas películas como “Solo tú” o “Vacaciones en Roma”. En cuestión, dice
la leyenda que si eres mentiroso y metes la mano te la quita…
Cerca de la Plaza Venecia esta la Iglesia de Santa Maria
in Aracoeli, que está en la
colina capitolina y que fue levantada sobre el antiguo templo de Juno en el
siglo VI. Es famosa por sus frescos de 1480 y su techo dorado. La fachada es
feísima, solo con ladrillos, pero el interior es impresionante, lleno de arañas
de cristal formando semicírculos. Dentro se puede ver el Santo Bambino de
madera que fue reemplazado por una réplica tras ser robado en 1994. La iglesia
es también famosa por su escalinata exterior, realmente empinada y hecha de
mármol, que se hizo en conmemoración de la peste en 1348 y que la gente, en
señal de promesa y devoción, suben de rodillas en ocasiones.
Merece la visita la Basílica Papal de Santa Maria la
mayor, construida sobre el templo
pagano de Cibeles. Es una de las cuatro basílicas mayores y una de las cinco
basílicas patriarcales asociadas con la Pentarquía: San Juan de Letran, San
Lorenzo Extramuros, San Pedro y San Pablo extramuros y Santa Maria la Mayor.
Fue palacio de los Papas en una época. En el interior estaban dando justo misa,
y fue muy bonito ya que había música y partes en latín. Dentro, se ve el techo
que fue dorado con el primer oro traído de América, regalo del emperador Carlos
I de España. También tiene un mosaico espectacular de la coronación de la
virgen sobre el altar principal.
En la
guía de El País Aguilar, había incluso un itinerario de Iglesias muy bueno que
fuimos siguiendo y por el que pasabas por las siguientes. La primera fue la Iglesia Luigi dei Francesi, que fue
diseñada por Della Porta, siendo el Papa Clemente VII quien puso la primera
piedra. Es la iglesia nacional francesa de Roma y consagrada a la Virgen Maria,
a Dionisio Aeropagita y San Luis, rey de Francia. Tiene mucha influencia
francesa, habiendo estatuas en la fachada de Carlomagno o santa Clotilde. Sobre
todo la iglesia es conocida por albergar en la Capilla Contarelli pinturas del
evangelista san Mateo realizadas por Caravaggio a finales del siglo XVI.
La
siguiente estaba en la Plaza della
Minerva, donde pudimos ver una placa donde indicaban que había vivido el
general san Martin y la famosísima escultura de Bernini de un elefante soportando un obelisco egipcio
encontrado en el jardín de los dominicos. Es el más corto de los once obeliscos
egipcios de la ciudad y se dice que es uno de los dos trasladados desde Sais.
La inspiración para esta obra viene de “Sueño de Polifilo en la disputa de
Amor”, de Colonna del siglo XV, donde el principal personaje de la novela se
encuentra con un elefante hecho de piedra llevando sobre si un obelisco y se
piensa que Bernini copió la idea. Justo enfrente de la escultura esta la Iglesia de Santa Maria sopra Minerva
que es la única iglesia gótica de la ciudad. Su nombre proviene de que está
construida sobre un antiguo templo pagano dedicado a Minerva.
La
siguiente fue la Iglesia de San Ignacio
de Loyola, del siglo XVII, construida en estilo barroco y dedicada al
fundador de la Compañía de Jesús por el Papa Gregorio XV. Encargaron la
construcción a Grassi aunque modificaron el proyecto original en la fachada ya
que las monjas de un convento cercano se quejaron de que la altura estropearía
las vistas del jardín de su azotea. En su lugar se pintó una perspectiva en la
cúpula sobre un techo plano, de forma que el agujero que tiene parece que se
mueve cuando pasas por abajo. La bóveda de la nave central es de Pozzo y tiene
como título El Papel de San Ignacio en la expansión del nombre de Dios por el
mundo, de forma que son imágenes relacionadas con el fuego y la luz.
La Iglesia del Gesú es la iglesia madre de
la compañía de Jesús, orden fundada en Roma en 1537 por el soldado vasco
Ignacio de Loyola que se convirtió al cristianismo tras resultar herido en
batalla. La orden era austera, intelectual y muy comprometida con las misiones.
La fachada es reconocida como “la primera verdaderamente barroca “y fue el
modelo de innumerables iglesias jesuitas en todo el mundo, sobre todo en
América. La iglesia fue construida según las exigencias formuladas durante el
Concilio de Trento, no habiendo nártex en el que remolonear por ejemplo, sin
naves laterales sino capillas interconectadas por entradas en forma de arco. El
fresco del techo es el grandioso Triunfo del Nombre de Jesús de Giovanni
Battista Gaulli que transmite el mensaje de que los fieles católicos subirán al
cielo mientras que los protestantes y herejes irán al infierno.
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