Siguiendo con mis valoraciones de hoteles, por si a alguien le
sirve, en este caso le toca el turno a un hotel de Giethoorn, un pueblo ya de
por si mágico y único, donde decidimos dormir y fue todo un acierto.
Era un hotel pequeñito, en un pequeña casa típica del pueblo,
donde llegamos y no tenían nuestra habitación disponible, asi que alquilamos
unas bicis y recorrimos un rato el pueblo, y cuando volvimos, al no tenerla aun
disponible, nos hicieron un upgrade y nos dieron una habitación donde la cama
era de un antiguo molino, totalmente reformada. Era una especie de cubo que se podía
cerrar entero para mantener el calor, y fue toda una experiencia, ya que parecía
pequeña, pero luego era muy grande por dentro y tenían puestos luces de colores
para hacer cromoterapia y relajarte.
Evaluándolo con los parámetros de siempre me sale un
8,9
- Ubicación: Esta un poco alejado del centro del
pueblo, es su único punto flaco, pero lo compensa ya que puedes llegar fácil por
barca, andando o en bici, a la par que cuenta con un restaurante muy bueno, asi
que no tienes que moverte para la noche para comer. Importante, a la hora de la
comida tienen carta, pero por la noche es un menú único, muy bueno y sabroso
con comida tradicional que se nota, ya que va mucha gente local, aunque eso si,
precio un pelin elevado de unos 30-35 euros el menu. Puntuación 7,5
- Servicio: El trato fue perfecto. Nos hicieron el
upgrde y nos dieron muchas facilidades para atendernos, en el restaurante, tenían
puesto una tele gigante con futbol ya que era el mundial para quien quisiera
verlo, etc. Podias comer o desayunar tanto dentro como en una pequeña terraza que daba a un canal y donde veias alguna casa del pueblo. Puntuacion: 8,5
- Limpieza: Todo muy limpio y reluciente, desde
la habitación, el baño, zonas comunes. Puntuacion: 10
- Habitación: Super curiosa con la cama del
molino. Ademas, el baño totalmente reformado con ducha de obra. Puntuacion: 10
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