En nuestro viaje a Portugal
visitamos el Palacio de Queluz. Mira mas en mi link Diario viaje a Portugal. Menos mal que fuimos a las 5, y que lo teníamos
enfrente, porque veíamos cosas raras, como que las taquillas estaban cerradas,
o que iban cerrando ventanas según salíamos de la habitación, pero no
entendíamos nada hasta que salimos a los jardines donde dimos una pequeña
vuelta y pensamos en tomar algo ya que aún no eran las 6 que era cuando
cerraban, pero estaba ya cerrada la cafetería. Menos mal que lo suplimos con un
pequeño bar al lado del hotel donde tomamos algo y luego aprovechamos y ya
cenamos unas tostas impresionantes de jamón y queso con un aceite con orégano
muy bueno. Moraleja: mejor ir con tiempo
y unas dos horas antes de cierre a los edificios para que no “echen”
amablemente.
El Palacio por fin era lo
que consideramos un palacio normal, con grandes y fastuosas estancias, techos y
paredes muy decoradas, grandes muebles barrocos, ventanales gigantes a
jardines, y, por fin, prácticamente ninguna escalera¡¡ Solamente en el jardín
que ya puedes recorrerlo a tu antojo.
El Palacio es de los menos
visitados de Sintra, aunque merece muchísimo la pena, mucho más bonito que el
Palacio Nacional de Sintra por ejemplo. Era la residencia de la Casa de
Braganza. Lo construyo Pedro III en el siglo XVIII. Tras el gran terremoto de
1755, adquirió bastante importancia pasando a ser el lugar de permanencia de la
familia real de 1794 a 1807, con motivo del traslado de la corte a Brasil ante
la inminente llegada de las tropas francesas a través de suelo español,
quitándose su uso normal de residencia de verano. Este aspecto ha sido conservado
hasta la actualidad ya que en una de las zonas, el Pabellón de Doña Maria,
construido para la reina Maria I de Portugal, se alojan los jefes de Estado
extranjeros que visitan Portugal.
Es bastante fastuoso,
comparándose en muchos foros con el Versalles francés, también debido a que
luego los jardines están muy cuidados, llenos de laberintos creados con setos,
grandes canales de azulejos típicos del país, etc.
Finalmente fue donado por el
rey Manuel II al Patrimonio portugués. Sufrió un tremendo incendio y a mediados
de siglo se empezó a restaurar, e incluso hoy en día pudimos ver que continúan
los trabajos, sobre todo en el jardín donde había unos paneles donde habían
aprovechado para contar la historia del palacio y para contar las
restauraciones que continúan haciéndose.
En el interior me pareció
pequeña pero acogedora la capilla que está al lado de la entrada donde otra vez
se veía el factor de la restauración, ya que el órgano estaba despedazado en el
suelo en pleno proceso. Vamos, que podíamos habernos llevado un trozo sin que
se enteraran…
Aparte de ello, casi todas
las estancias tienen algo destacable, como decoración en paredes, muchas
puertas llenas de espejos y repujadas (principalmente en tonos blancos y
dorados), suelos de parque con diferentes formas geométricas, grandes muebles
de época como los que nos gustan… Aparte de eso, algunas salas en particular
merecen especial mención como el salón del Trono que te lo encuentras al inicio
de la visita con espejos en todas las paredes y arañas de cristal como la
galería de los espejos de Versalles con techos en blanco y dorado repujados
dándole mayor fastuosidad y pinturas de fruteros encima de todas las puertas
sin dejar ningún hueco sin algún adorno, la Sala de los azulejos donde los
mismos cuentan escenas de las colonias portuguesas y que tenía hasta un
carruaje en medio de lo grande que era, la sala de los embajadores muy luminosa
en tonos verde esmeralda con también bastante espejos y relieves y grandes
pinturas en el techo, la Cámara del Rey que tiene pintadas escenas del Quijote
en una habitación redonda con techo abovedado preciosa. Aparte de estos, estaba
la sala de música (una de las más antiguas del palacio), la sala de los
fumadores, los aposentos de las reinas, princesas y consortes, la sala de acceso
al jardín, el comed
Con respecto a los jardines
destacaría los laberintos como ya comenté y sobre todo el canal de azulejos que
hay muy cerquita de la salida del palacio, a la que se baja por la escalera
Robillion, que fue construida entre 1758 y 1760 por el arquitecto Robillion, de
ahí su nombre, que fue el mismo de las habitaciones del rey Pedro III y la
reina Maria I. En esa escalera instauro la fuente de las conchas. Como
curiosidad a esta escalera se le añadieron jaulas en 1822 para mantener leones,
jaguares, tigres o lobos para demostrar el interés de la familia real en la
naturaleza y la zoología.
Los canales que hay justo
enfrente son preciosos, con un frontón de azulejos impresionante al que se
accede por una escalinata doble, y azulejos que relatan historias de barcos,
naufragios, conquistas, y multitud de acontecimientos más de los portugueses.
Dicen que se llenaba de agua cuando algún miembro de la realeza quería dar un
paseo en bote.
En los jardines aparte
podías ver una cascada, varias fuentes, o perderte un rato en el jardín nuevo ,
oler flores, ir al invernadero, ver un campo del juego de Pela, que era el
pasatiempo favorito del hermano de Pedro III, Jose I, que hizo construir un
campo en los jardines para jugar. Era un deporte que venia del siglo XIII y
consistía en golpear una pelota de piel o algodón con la palma de la mano, de
ahí su nombre francés de Jeu de Paume (parecido a la pelota vasca).
Posteriormente en el siglo XV comenzó a cambiar y se empezó a usar una raqueta
o guante cesta, pasándose a llamar el tenis de la realeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario