La quinta me sorprendió
gratamente. Había leído mucho de ella y sabía que era un jardín muy bonito y un
pequeño palacio, con un pozo iniciático espectacular, aunque eso fue casi lo
que me gusto menos del recorrido, posiblemente porque era tal el agobio de
persona y el poco espacio, que no se podía ver en detalle. Pero el resto del
paseo fue espectacular. Al empezar la visita de arriba abajo, se observa un
detalle muy curioso y es como vas pasando de una vegetación más espesa y
descuidada en la parte superior, a unos jardines muy cuidados llenos de flores
de hermosos colores abajo, todo ello debido a la simbología que quería
representar los caminos que tenías para ir aprendiendo. Mira mas en mi link Diario viaje a Portugal

Empezamos entrando en el
recinto y en vez de ir para arriba, empezamos a ir para abajo, viendo
bastiones, la Torre de Regaleria, considerada el eje del mundo en aquel
entonces, desde donde se podía subir y ver los jardines interminables y las
montañas, aunque con mucha gente y poco apto para niños, así que al bajar,
decidid ver el plano y vi que el pozo estaba en sentido contrario, con lo que
media vuelta y empezamos la subida. Lo que no sabía entonces era que podíamos
habernos guiado por las estatuas, ya que hay incluso un león colocado de forma
que su cabeza señala hacia el pozo iniciático.
Lo bueno de la quinta es que
hay muchos caminos, de forma que puedes ir por unos senderos muy grandes con
una inclinación menor, hasta con algún banco esporádico donde sentarse, y a la
par te puedes desviar en cualquier momento y hacer caminos más escarpados para
subir y bajar a ambos lados del camino.
La historia de la Quinta
viene de más allá del siglo XVIII, cuando grandes masones visitaron la
propiedad y se celebraron numerosos rituales en ella. En 1830 la quinta pasó a
Manuel Bernardo y tomó el nombre que posee actualmente. A finales del
siglo XIX es adquirida por Antonio Carvalho, quien según marcaba la tradición
masónica, quiso construirse un palacio, lo cual hizo a la par que remodelo el
jardín para llenarlo de alquimia, mensajes, enigmas, y símbolos masónicos que
perduran hasta la actualidad mezclando el gótico, el manuelino portugués, el
románico, . Todo esto se percibe sin duda alguna, porque te impacta cuando
entras en un punto que te parece super alejado en el mapa, y de repente
terminas en otro que estaba en la otra punta, o preguntándote que para que hay
tantas torres de defensa en un jardín privado, dos pozos casi iguales…
Nuestra primera parada fue
la zona de las “hamburguesas” como se llamaba en Humor Amarillo 😊 Hay
una cascada muy bonita, que se puede apreciar desde el puente que pasa por
delante como desde las grutas que luego veríamos que desembocan por detrás de
la misma aunque parece que está muy lejos.

La siguiente parada fueron
las grutas. Nos fuimos al lado izquierdo del camino y bajamos y bajamos un buen
trecho hasta llegar a la entrada. Menos mal que había leído en internet que
estaba oscuro, porque hay partes donde no hay nada de iluminación y tienes que
ir con muchísimo cuidado, porque te vas metiendo en agujeros, charcos, te das
contra trozos de rocas del techo y las paredes, en fin que hay que ir con ojo.
Andando y andando, de repente vinos la cascada y no nos lo podíamos creer, la
pena es que la foto allí era a contraluz y salió fatal, pero el espectáculo de
ver era super bonito. Después de eso, volvimos sobre nuestros pasos ya que cada
vez era más oscuro y la niña empezaba a asustarse pensando que le saldría un
oso u otros animales de la oscuridad, así que regresamos y subimos por otro
camino donde cada paso te encontrabas un pequeño fuerte, otra torre donde
subir, un puente, todo salpicado de vegetación a raudales que hace el entorno
totalmente idílico.

La tercera para después de
ir subiendo por la cuesta fue el bastión de los gigantes, donde se contraponen
una fuente muy grande con almenas y dos torres arriba a las que puedes subir y
desde donde saludamos, con otras dos torres de defensa situadas enfrente, a
donde también subimos con estupendas vistas. Estas torres se llamaban de los
Mundos Celestes y la Torre del Zigurat que cubren la cisterna de agua que
abastece las fuentes y estanques de la Quinta.
Esta puerta es la entrada al inframundo, o a una pequeña cueva, donde
entramos dos veces, porque a la primera estaba tan oscuro que nos dimos vuelta
enseguida. A la segunda, armada con el móvil, seguí el camino, que aquí es
especialmente bajo, y, sorpresa total¡¡¡ Llegas a la parte de abajo del pozo iniciático.
No me lo podía creer. En esta Quinta estaba todo conectado como las grutas, la
cascada, y ahora esto 😊 No lo había leído antes de ir, pero
resulta que todas las grutas se comunican entre sí y terminan en el pozo, así
que si hubiéramos seguido por las de detrás de la catarata hubiéramos llegado
también al pozo, aunque al no haber llegado por todos lados significa que
cumplimos los rituales, ya que el jardín esta hecho de forma que puedes llegar
siempre al pozo iniciático y a la perfección, pero también que no llegues, lo
que significa que te equivocas y aprendes de tus errores, a la vez que vas por
caminos difíciles y oscuros, con sombras, luz en ciertos puntos, que te van
iluminando o dificultando el camino y que es como vas aprendiendo a madurar. La
puerta de entrada tiene varias figuras, y el tamaño de la estructura es grande
asemejándose a los gigantes que vigilan la entrada del inframundo como en las
narraciones míticas de la época.
Subimos al pozo, aunque por
el camino se ve el pozo inacabado o imperfecto, que en mi opinión es mucho más
reseñable, que tendrá la mitad de las dimensiones del otro. No bajamos ya que
esta todo sin vallar y la niña podía caerse al asomarse para ver le pozo con
facilidad, aparte que como está rodeado todo de vegetación, siempre esta húmedo
y resbaladizo, así que hay que extremar precauciones. Como con las grutas,
conecta con el otro pozo que simboliza todo lo contrario de este, ya que
mientras que el iniciático es perfectamente redondo, representando la perfección
y belleza, este pozo tenía las paredes sin terminar, con trozo de roca por
todos lados, con aberturas irregulares, aunque eso fue justo lo que me gusto de
él, así que tendré un poco de “imperfecta” a pesar de lo que dicen de que soy
muy planificadora y perfeccionista 😊
El pozo iniciático
representa el purgatorio de dante, con nueve pisos que son los niveles
representados en la Divina Comedia, por donde se asciende hasta entrar en el
purgatorio que te da acceso al cielo. Esto también se relaciona con loa pasos
que tienes que ir haciendo para descubrir la piedra filosofal, bien sabido pro
todos que era algo que se buscaba mucho sobre todo en la Edad Media, y que sale
hasta en la primera película de Harry Potter (tenía que meterlo en este diario
jejeje).
El número nueve es uno de
los puntos curiosos del pozo. Nueve significa la transición de lo viejo a lo
nuevo, la muerte y el renacimiento, la culminación de un ciclo y el comienzo de
otro. Fueron nueve los primeros templarios, los caballeros que fundaron la Orden
del Temple, los mismos que están en el origen de la Orden Portuguesa de Cristo.
Fueron nueve los maestros que Salomón envió en busca de Hiram Abbif, el
arquitecto de su templo. Deméter recorrió el mundo en nueve días en busca
de su hija Perséfone. Las nueve musas nacieron de Zeus como consecuencia de las
nueve noches de amor. Son necesarios nueve meses para que nazca un ser humano. En
el fondo del pozo existe una estrella o cruz de ocho puntas que une el emblema
heráldico de los Carvalho Monteiro con la cruz templaria. Son 139 escalones
dispuestos de 15 en 15 en cada tramo.

El pozo se denomina
iniciático porque era usado en rituales masónicos de iniciación; se dice que la
explicación del simbolismo de los nueve peldaños se encuentra en la obra
Conceito Rosacruz do Cosmos.
Por último, comenzamos el
descenso hacia el palacio, deleitándonos con el paisaje y pasando pro a la
fuente de la Abundancia, aunque yo la conocía de haberla leído en blogs como la
fuente morisca por las teselas que formaban la composición. Aunque esta fuente
parecía inocente, en verdad era un lugar de juicios, representado con obeliscos
que tiene carneros y sátiros esculpidos que representan el orden (equinoccio de
primavera) y el caos (el ser que invade la isla de los Amores) , respectivamente.
En el medio, una concha con una balanza representando la justicia. Todo sin contar los peces, que son sinónimo de
abundancia y dan nombre a la fuente y donde en teoría te purificas si te echas
agua de ella por encima… Conjunto raro. Y por raro, justo al lado había un
banco que no vimos o al que no prestamos atención porque el cansancio iba
haciendo mella, pero digno de mención y es el banco 515 que se llama así porque
era la edad del Espíritu Santo según aparece en la La Divina Comedia de Dante nuevamente,
el número que identifica al mensajero de Dios que vengará el fin de los
templarios y anunciará la tercera Edad de la Cristiandad, y con ella la paz
universal en la Tierra. Además, en el banco hay una figura femenina que
representa a Beatriz, que es quien condujo a Dante al cielo.
Así llegamos a la capilla de
la santísima Trinidad, de estilo neogótico y manuelino como el palacio y tantos
monumentos del país. Es muy pequeñita,
pero merece la visita. En la fachada están Santa Teresa de Ávila y San Antonio
a cada lado de la puerta junto con el misterio de la Anunciación en el
centro, sobre la puerta misma. Dentro hay numerosas pinturas, donde mil
estudiosos han hecho un estudio pormenorizad, llegando a numerosas
conclusiones, como que hay muchísimas imágenes del espíritu santo, que ya hemos
visto que era muy relevante en el mundo masón, o la virgen que va vestida con
los colores alquímicos (rojo, blanco y azul) y con fajín dorado que refleja al
oro alquímico, con el que se identificaba la búsqueda de la piedra filosofal.
No sabía yo que se podía visitar la cripta, una pena ya que en ella hay una
gran cruz templaria como la que vimos en nuestro recorrido por Tomar y Amuroul.
El palacio es una mezcla de
todos los estilo vistos en el jardín, predominando el gótico y el manuelino, y
el recorrido es corto, aunque para mi desde luego lo interesante es ver el
edificio pro fuera, ya que los salones están vacíos en su gran mayoría y además
el recorrido es por una porción muy pequeña del mismo, así que principalmente
se ven habitaciones con bellos techos de madera y paredes bellamente labradas,
al igual que las puertas y suelos, pero poco más, quitando las vistas desde la
ventanas que es lo mejor del palacio.