Cualquiera que viaje mucho sabe que puede pasar de todo, sólo hay que seguir unas normas básicas de seguridad para evitar complicaciones. A pesar de ello, también suele pasar que según viajas y viajas, y ves que la gente exagera ves que no te pasa nada, te empiezas a confiar y a veces cometes descuidos.
Cuento esto para reflejar algo que nos paso una vez viajando a Roma, ciudad que tras recorrerla nos encanto como podrás ver en mi Diario de Viaje , pero que se podía haber convertido en un calvario.
Como nos pasa a muchos europeos, cuando viajamos en este tipo de escapadas o viaje de fin de semana o una semanita, nunca embalamos el equipaje, lo dejamos para cuando cruzamos el charco o hacemos viajes grandes.
En esta ocasión en un vuelo de Madrid a Roma, que no parece peligroso, podía haberlo sido. La maleta tardo muchísimo en salir, y cuando al final lo hace, la cogimos y fuimos al hotel.
Al llegar allí, de repente me doy cuenta que algo no funciona porque al abrirla estaba todo desordenado y revuelto. Miramos bien y vemos que nos habían roto las hebillas que enganchaban con el cierre de seguridad que llevaba combinación. Comprobamos que no faltaba nada, aunque dentro del neceser encontramos una pequeña cosa que no era nuestra.
No llegamos a saber si estaban intentando meternos algo dentro de la maleta y les sorprendieron, si lo que querían eran robarnos parte del equipaje, o cual sería la razón, pero la verdad que nos llevamos un buen susto, y podría haberse solucionado si llegamos a ver esos cierres rotos en el aeropuerto y hubiéramos acudido a la policía, así que mi recomendación es que si no embalas, y tienes una maleta que sea fácil de abrir, que pongas algo (generalmente funcionan muy bien las pegatinas) para ver si te la han abierto, etc, y enseguida que notes algo raro, acudir a la comisaría del aeropuerto en que te encuentres.
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