La última parada del viaje viaje belgica y holanda la hicimos en Bruselas. Como ya habíamos estado,
dimos un pequeño paseo por los sitios más característicos y vimos cosas que no
habíamos podido ver en nuestro viaje anterior. A mí me hacía mucha ilusión
visitar al Atonium, que me quede con
ganas en mi primera visita pero que me quede sin ver por la nube volcánica del Eyjaftjalla, que me hizo adelantar mi vuelo de regreso para poder cumplir con un
compromiso profesional. Así que nuestra primera visita fue el Atonium. En 1958
la energía atómica era considerada negativa, asociándose a las bombas de
Hiroshima y Nagasaki. Europa se hallaba dividida en dos bloques enfrentados que
Vivian en una tensión continua. En uno de ellos, el occidental, se comenzaba a
fraguar el movimiento europeísta, cuyo centro era Bruselas. Fue precisamente
aquí donde aquel mismo año se celebró una Exposición Universal, que ha dejado
otros monumentos importantes en otros países como la Torre Eiffel de 1889. Los
belgas apostaron por un monumento basado en el átomo, representando la
vertiente pacifica de la energía nuclear. Lo diseñó Waterkeyn y tiene 102
metros de altura con nueve átomos de un cristal de hierro aumentados 165000
millones de veces. El conjunto consta de ocho esferas de 18 metros de diámetro
estructuradas alrededor de otra esfera central, todas ellas comunicadas entre
sí por tubos, de dónde viajas de esfera en esfera por dentro con escaleras
mecánicas o físicas. Dentro algunas escaleras tenían luces un poco
psicodélicas. El plan original era que todo el peso descansara sobre el tubo
central, pero las tensiones eran mayores de las esperadas así que se añadió
soportes debajo de tres de las esferas. Dentro es una especie de museo dónde
comienzas subiendo en ascensor y vas recorriendo diversos pisos, tienen un
mirador, etc.
Luego fuimos al centro y vimos las Galerías St-Hubert que se inauguraron en 1847 por el rey Leopoldo
I, primer rey de Bélgica. Fue la primera galería comercial de Europa y una de
las más elegantes. Realizada en estilo neorrenancentista por Cluysenaar, tiene
una bóveda de vidrio que permite la entrada de luz, parecida a la de Moscú.
Está llena de tiendas de lujo, las mejores chocolaterías de la ciudad, en
especial Leónidas, y cafés dónde tomar algo. Se convirtieron en un punto de
reunión de la sociedad acomodada en el siglo XIX. Víctor Hugo y Alejandro Dumas
asistieron a conferencias en este lugar.
Tras eso fuimos a la Rue
de Bouchers donde cenamos por la noche en el mejor restaurante de la
ciudad, el Aux Armes de Bruxeles,
donde la especialidad son los mejillones con patatas. En este caso probamos
unos al vino realmente exquisitos. Esta calle es conocida como el estómago de
Bruselas, nombre que tiene desde la Edad Media cuando era una vía adoquinada y
sinuosa que recorría los comercios de los carniceros. En 1960 el ayuntamiento,
consciente de la importancia histórica de la zona, la declaró Ilot
Scare(manzana sagrada) así que prohibió alterar o destruir las fachadas y se
restauraron las existentes. En esta calle os van a avasallar para que entréis
en cada restaurante a comer, además que os oyen un poco hablar y así saben de
dónde venís y empiezan a hablaros en vuestro idioma. Suele haber una persona en
la calle sólo para reclutar a los posibles “comedores”.
Después fuimos a buscar a la Jeanneke Pis que es la réplica femenina del Manneken Pis. Es más
complicada de encontrar y estaba, como al versión masculina, vestida con los
colores de Bélgica por el mundial. Esta tallada en piedra caliza grisácea. Fue
creada en 1987 por encargo del dueño de un restaurante.
Continuando nuestro paseo pasamos otra vez por la Gran Place que es el corazón de la
ciudad. Es una plaza adoquinada con edificios espectaculares y el mejor
conjunto arquitectónico del siglo XVII más bello de Bélgica. Es este lugar se
celebraban mercado al aire libre desde el siglo XI. A finales del siglo XV se
levantó el ayuntamiento que estimulo la creación de sedes gremiales. Thienen
construyó el ala izquierda, el campanario, las esculturas, arcos y torres. Hay
137 esculturas y la torre tiene más de 95 metros de altura. En 1695 los
franceses acabaron con muchos edificios de esta plaza. Los mercaderes se
aprestaron a reconstruir sus sedes, según unos planos aprobados por el
municipio, y por eso hicieron unas casas tan armoniosas. En estas casas vivió
Víctor Hugo en 1852 cuando estuvo exiliado en este país. Fue una pena que la
zona de las casas gremiales estuviera de obras con lo que no pudimos ver la
casa de los remeros, la de los panaderos, los camiseros, etc.
Después fuimos a ver el Manneken Pis, que es una estatua de 30 cm de altura orinando en una
pequeña pila. En 1671 la estatua original de bronce, obra de Duquesnoy el
viejo, se colocó en este lugar para dejar patente la enorme necesidad de
disponer de agua potable en la zona. En 1770 su dama fue tal que se le hizo una
hornacina para darle más importancia. Durante el siglo XVIII hubo varios
intentos para robarla. En 1817 lo logró Licas y destruyó la estatua. Al año
siguiente se realizó una copia que es la que vemos hoy en día. En 1698 Emmanuel
le regaló una túnica para vestir la figura, y desde entonces comenzó la
tradición de vestirlo. Posee más de 345 uniformes. Dice la leyenda que el
origen de la estatua fue en el siglo XII cuando se descubrió al hijo de un
duque orinando en medio de una batalla, así que se hizo para simbolizar el
coraje militar de este pueblo.
Desde el Manneken Pis fuimos buscando los murales de la ruta del comic, aunque sólo vimos unos
poquitos ya que cada vez nos alejábamos más del centro y no nos sentíamos muy
seguros, así que nos volvimos. La ruta empezó a hacerse en 1991 para reformar
algunos muros de la ciudad que estaban en mal estado, así que se decoraron con
obras de grandes dibujantes, viéndose por ejemplo dibujos de Tintín.
Para terminar de visitar la ciudad, fuimos a la parte más
art deco de la ciudad, con el palacio real, el museo de música, etc.
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