domingo, 10 de enero de 2016

Experiencia única en Luxemburgo: Visitar las Casamates

Desde luego, Luxembugo merece una pequeña visita y se recorre muy fácilmente en poco tiempo. Puedes ver mi Diario para ver algunos de los puntos más relevantes (Viaje a Luxemburgo)

De todos los sitios, el mejor por visitar son las Casamatas (ex fortificaciones usadas durante la Segunda Guerra Mundial), declaradas" Patrimonio de la Humanidad" por la Unesco en 1994. Es un lugar para pasar un par de horas, de 2 a 3, recorriendo todo, viendo todos los pasadizos, subiendo y bajando escaleras de caracol, y, por supuesto, contar que en mas de una ocasión os vais a perder :)






En 963, el conde ardenés Sigfrido construyó en el peñón del Bock (la parte alta de la ciudad) una fortaleza, cuna de la ciudad de Luxemburgo. A lo largo de los siglos, se erigieron en el oeste poderosas obras fortificadas que no impidieron que en 1443 los borgoñeses tomaran la ciudad. Después de eso, Luxemburgo estuvo en manos de príncipes extranjeros cuatro siglos. Los mejores ingenieros de los sucesivos dueños, acabaron convirtiendo la ciudad en una de las fortalezas más poderosas del mundo, el "Gibraltar del norte". La defensa era asegurada por tres cinturones fortificados, con 24 fuertes y 16 poderosas construcciones y una red de 23km de casamatas que podían abrigar no sólo a millares de soldados pertrechos y caballos sino también talleres, cocinas, panaderías, mataderos, etc. En 1867 la fortaleza fue evacuada y tuvo que ser desmantelada como consecuencia de la neutralización de Luxemburgo lo cual duró 16 años. La estructura del Bock fue arrasada en 1875 tapando entradas y comunicaciones por doquier. Las galerías discurren en varios niveles, con escaleras que bajan hasta 40km por las paredes de las rocas. Durante las guerras mundiales las casamatas sirvieron de refugio y podían albergar 35000 personas en caso de altera o bombardeo. 

Durante la visita, no paramos de mirar por las aberturas, por las troneras, ver cañones (cabían 50), la prisión que estaba en los cimientos de la atalaya, las estrechas escaleras de caracol totalmente desgastadas por el uso, galerías de minas, ... te cruzabas con gente perdida que ya no sabía para dónde ir, contribuyendo todo esto a pasar un rato súper entretenido.





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